“Aprendió a volar y no se arrepintió del precio que había pagado”

Después de casi una década educando en familia, además de ser consciente de lo rápido que pasa el tiempo, se van viendo las cosas bajo otra perspectiva. El otro día mientras preparaba la cena (ya ves Ipe, desde mi cocina), se me ocurrió un símil, que refleja exactamente lo que suele ocurrir con esta maravillosa opción educativa, por lo menos mi experiencia está siendo algo así:
El que sea incapaz de hacer un puzzle lo entenderá todavía mejor. En lo que a mi respecta, jamás en mi vida he sido capaz de terminar ninguno, ¡¡tal vez los de los niños, esos grandes y de veinticinco piezas y con muchísimo esfuerzo!!!…pero alguna vez si me he sentado delante de mil piezas bien chiquititas y pertenecientes a un puzzle de un paisaje con mucho cielo, y muchos árboles y ya!!! por lo que conozco esa sensación de vértigo y de no saber por dónde empezar, ¿por el centro? ¿por los lados? ¿juntando las piezas por colores? ¿buscando las que tienen un lado recto? Horrorrrrr.
Hace unos años así me sentía yo, con un gran deseo de hacer algo muy bonito, muy importante, con un montón de ideas, proyectos, niños, “no tiempos” para mi, libros, información, pero todo caóticamente desordenado. Pero a la vez, con una buena mezcla, en primer lugar de mucha fe, luego bastante confianza, muchísima tenacidad (que no es lo mismo que cabezonería, je,je..), esperanza y toneladas de amor…
Así durante todos los días y en ocasiones durante las noches, me sentaba a contemplar mis piezas desperdigadas, a veces me daban ganas de llorar pues sentía que nunca, nunca, nunca sería capaz de ver aquello terminado, en ocasiones el desánimo, la presión, mis propios hijos, mi marido, los amigos, me decían o creía yo que me decían: “esto no es para ti, tal vez para otros pero no para ti….”
Y para colmo veía los puzzles de mis conocidos, de todos los que me rodeaban, con sus niños escolarizados (¡¡¡niños de azul marino y corbata!!! como canta Ismael Serrano), con esas vidas tan organizadas y sentía un poco de envidia y al igual que Juan Salvador Gaviota tenía tentaciones de ser como el resto de la bandada..y como Juan, intenté una y otra vez, comportarme como las demás gaviotas: “Se encontró mejor por su decisión de ser como otro cualquiera de la Bandada. Ahora no habría nada que le atara a la fuerza que le impulsaba a aprender, no habría más desafíos ni más fracasos. Y le resultó grato dejar ya de pensar, y volar, en la oscuridad, hacia las luces de la playa…”
Pero, mientras vivía inmersa en estos que-haceres, un buen día encajé una pieza del puzzle, la primera, la piedra angular!!!! Sólo era una pieza, pero daba luz y esperanza. No hizo que desaparecieran mis miedos, pero me devolvió el valor y a los pocos días encajé otra y otra y otra más y desde entonces contemplo constantemente mi proyecto, nuestro proyecto, que avanza, a veces da un rodeo que no entiendo, pero va creciendo y me gusta y veo que es bueno y cada día es más y más hermoso. Todo va encajando como por arte de magia ….a la perfección, por supuesto que hay épocas en las que el trabajo es mucho y no ves por ningún lado la estrella a la que antes seguías confiada y caminas a tientas y vuelves a sentir deseos de abandonar…pero sigues, sin saber muy bien porqué ni para qué, pero sigues…y a la vez y paradójicamente es ahora, cuándo aquellos puzzles de amigos y familiares que se veían tan bonitos, ahora están más deslucidos y las piezas se estropean y han de cambiarlas por otras nuevas, pero en ocasiones no saben como hacerlo, no tienen tiempo, no tienen el hábito de equivocarse una y mil veces, de caer y levantarse…por lo que empiezan a conformarse, a asumir el “al fin y al cabo todos son así”, “el mundo está muy mal” “nada se puede hacer”.
Y ahora son ellos, los que empiezan a contemplar nuestro proyecto, tan caótico hace apenas unos años, con un poquito de envidia y tal vez piensan en lo que pudo haber sido y no fue, en lo corta que es la vida, en lo rápido que crecen los chicos…Y se sorprenden pues sus malos augurios, no se han producido y en lugar de ellos ven niños sociales, niños con valores, relajados, felices…
¡Todo llega amigos! y los principios suelen ser difíciles, la presión social, nuestra propia presión, el estar todo el día con los críos, las comparaciones con otros niños que tal vez “saben” más, la superación de tantos miedos, pero de repente cuando todo empieza a encajar , ¡¡¡empiezas a recoger tantos frutos!!! (aunque hagamos esto de una manera gratuita, sin esperar nada a cambio, da gusto recoger ¿no?) y a sentirte tan dichoso que no puedes dejar de dar gracias constantemente a la vida, a Dios por darnos la oportunidad de compartir tanto tiempo, nuestro tiempo, nuestra vida, nuestro día a día, con estos pequeños seres maravillosos que son nuestros hijos.
“…¡hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad. ¡Podremos ser libres!
¡Podremos aprender a volar!….”
“…aprendió a volar y no se arrepintió del precio que había pagado…”

Hola

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13 comentarios en «“Aprendió a volar y no se arrepintió del precio que había pagado”»

  1. Paloma, nunca te escribí. Te/los sigo hace rato. Pucha, te/ los admiro. Con mis diferencias, claro, pero qué hermoso camino, tengo una bb chicuita chiquita pero ya quiero… Sí, neoconsevadurismo, jiji, parto en casa, educación en casa… Bueno, amén del chiste: Felicidades, mucha admiración desde acá.

  2. Paloma, me has hecho llorar, y te digo que no son de lágrima fácil. Sigue dándonos estas piezas de sabiduría y esperanza para añadirlas a nuestros rompecabezas personales, de veras que te dan el ánimo y reviven la fe para seguir con esta batalla.

    Un abrazo muy furete,
    Silvia

  3. Jo, yo de mayor quiero ser como tú y tener este don para transmitir.
    Es un mensaje precioso Paloma, me gustaría linkearlo de alguna manera -aún no sé cómo- en mi blog ¿puedo, puedo?

    Gracias, esto del internet es una bendición 😀

    Muchos besitos

  4. Paloma, como me alegra que tu puzzle vaya encajando… espero que no deje de encajar, ni de crecer.

    El mío se mantiene como al principio… con miedos, con interrogantes. Recuerdo que cuando nació mi hijo mayor lo miraba y me preguntaba ¿seré capaz de alimentarlo y protegerlo para que llegué a ser adulto? Me parecia tan dificil, tan larga la vida, con tantos altibajos. Ahora los miro a los dos, más altos que yo, y me doy cuenta de que alimentarlos y protegerlos era la parte fácil.
    Es cierto que los hijos crecen rápido, siempre demasiado rápido, pero a veces uno desearía poder darle una miradita al futuro para saber si logrará que el puzzle resista las inclemencias del tiempo.
    Preciosa tu entrada, y no creas que estoy negativa… solo estoy asustada por todo lo que he dejado sin hacer…

  5. wow. solo puedo decirte que eso es exactamente lo que nos esta pasando ahora… las piezas estan por sentarse ya y empezamos a volar 🙂 estamos muy contentos. Solo multiplicar el desorden en los primeros años por veinticinco, por las tantas veces que nos hemos mudado de casa en casa… :s
    ¡Gracias por el animo!
    Amy

  6. Paloma, Gracias.
    Tus palabras son sanadoras, reconfortantes…Me han llegado cuando más las necesitaba…
    Enhorabuena por ese magnífico "puzzle".

  7. Waauw, qué bien que lo describes. A veces me da la sensación de que sabes mirar en el alma de las personas, al menos en el mio jajaja, que sabes describir tán bien como nos sentimos!

    Yo también me he dado cuenta de que hay puzzles y puzzles. Unos son de estos de mala calidad se hacen de seguida bonitos pero no aguantan nada de nada, otros son de madera, sólidos y son difíciles de juntar pero también difíciles de soltar.

    Poco a poco llegaremos y como dice Ipe, nunca llegaremos del todo, pero llegaremos allá donde podemos y habremos disfrutado del camino que también es importante

  8. N muchas gracias por tu comentario.Por supuesto que todos tenemos caminos diferentes y por eso son hermosos. Te deseo mucha felicidad junto a tu pequeñita.

    Silvia ¿por qué te hice llorar? Me podría dedicar a escribir tragedias, je,je…porque sin proponérmelo arranco lágrimas, fíjate si me empeño en ello… Bueno, espero al menos hayan sido lágrimas de felicidad.
    Besos.

    Meninheira gracias…aunque lo curioso es que yo no tengo esa sensación, pero imagino que eso nos sucede a todos…¿no? Es tan difícil expresar con palabras lo que siente el corazón, tus vivencias, tus sentimientos.
    Puedes utilizar lo que quieras del blog, si quisiera que fuese sólo para mí, elegiría un medio más íntimo, je,je..
    Yo también pienso que internet es una bendición, a mí sólo me ha traido cosas buenas.
    Besiños.

    Ipe me ocurre lo mismo con mis chicos, no hay día que no piense ¿qué será de ellos cuándo crezcan? ¿qué camino elegirán?…y muchas veces tengo miedo y entonces pienso que sólo me queda confiar, confiar, confiar.
    Ahora son tan pequeñoooos, tan inocentesss, tan tan…y soy muy consciente de lo rápido que pasa el tiempo por lo que intento aprovechar estos momentos tan agotadores, pero tan dichosos.
    Y tú tranquila, pues por lo poquito que os conozco a Juan Carlos y a tí pienso que sólo algo muy bueno puede salir de ese amor. Seguro que tus chicos serán siempre fantásticos.
    Muchos besos.

    Amy casi siempre es difícil al comenzar pero poquito a poco, vamos haciendo camino al andar. Besos.

    Gracias a ti por tus palabras, ya sabes que nada es casual, me hace muy feliz ser útil. Besos para tí y tus maestros.

    Marvan es que todos pasamos por lo mismo, nuestros miedos, dudas, tropiezos son muy parecidos y por eso nos entendemos tan requetebién.
    Tienes razón en lo del disfrutar del camino, esa parte nos la perdemos frecuentemente…y es lo único que tenemos: el momento presente.
    Besitos.

  9. Hola Paloma, comprendo lo que escribes porque es lo que yo he sentido muchas veces, aunque te aseguro que no lo hubiera podido expresar como tú lo has hecho. Gracias por esta reflexión tan bonita. Cuando yo me siento un poco desorientada acudo a Dios, que es quien me trajo hasta aquí y me inspiró esta opción y Él siempre me contesta y me da confianza en que todo irá bien. Cada día doy gracias por estar donde estamos y hacer lo que hacemos, aunque siempre haya días de bajos, Él siempre nos devuelve la ilusión y nos da fuerzas. Muchos besos.

  10. Es hermoso todo lo que dices, y tan cierto! Yo tenía el mío bien armadito, muy homogéneo, parecido al de casi todo el mundo, pero decidimos cambiar de puzzle, jugárnosla toda y volver a empezar. Nos llevas tanta ventaja, por eso tus palabras y tus reflexiones siempre son un hermoso aliciente para seguir con este camino.

    Un abrazote!!

  11. UY…llegué a ti por una referencia…y ya quedé prendada…ojalá visites mi blog, me encantó tu entrada porque me llena de esperanza.

    Un abrazo muy fuerte…MUY.

    Ana

  12. Esther qué razón tienes, yo también doy gracias constantemente por estar metida en esta locura maravillosa y también conozco los días grisesssss.Besos.

    Ana yo no creo que lleve ventaja a nadie, al fin y al cabo mis niños son tan pequeñitos todavía… a mi me ayudan mucho vuestras experiencias, las que tenéis chicos más mayorcitos. Muchos besos.

    Ana María gracias por tu comentario tan amable, ya visito tu blog, desde hace años y creo que en alguna ocasión te dejé comentarios. Un beso.

    Jann muchas gracias por tu visita, un saludo también para ti, desde España…

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