Entonces se acercó una mujer que llevaba a su hijo en brazos y dijo:”Háblanos de los niños”
Y él dijo:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Ellos son los hijos y las hijas de la Vida prolongándose a sí misma.
Ellos nacieron a través de vosotros, pero no desde vosotros.
Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.
Les podéis dar vuestro amor, pero no vuestro pensamiento, porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Y en la medida de vuestras posibilidades, habéis de cobijar sus cuerpos, pero su alma jamás morará en vuestros hogares.
Porque su alma habita en el mañana; un mañana al que ninguno de vosotros visitará, ni aún en sueños.
Y podéis afanaros en ser parecidos a ellos, mas no pretendáis modelarlos a vuestra imagen.
Pues la vida nunca vuelve al pasado ni se deleita en la mansión del ayer.
Sois vosotros arco y vuestros hijos flecha.
Sólo el Arquero ve el blanco sobre la línea del infinito, Él se curvará con su fuerza para que la flecha surque veloz la lejanía.
Dejaos blandir en la mano del Arquero y sentiros satisfechos;
Porque así como Él ama la flecha que remontó su vuelo, así también Él ha amado el arco que tensará entre sus manos.
Y él dijo:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Ellos son los hijos y las hijas de la Vida prolongándose a sí misma.
Ellos nacieron a través de vosotros, pero no desde vosotros.
Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.
Les podéis dar vuestro amor, pero no vuestro pensamiento, porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Y en la medida de vuestras posibilidades, habéis de cobijar sus cuerpos, pero su alma jamás morará en vuestros hogares.
Porque su alma habita en el mañana; un mañana al que ninguno de vosotros visitará, ni aún en sueños.
Y podéis afanaros en ser parecidos a ellos, mas no pretendáis modelarlos a vuestra imagen.
Pues la vida nunca vuelve al pasado ni se deleita en la mansión del ayer.
Sois vosotros arco y vuestros hijos flecha.
Sólo el Arquero ve el blanco sobre la línea del infinito, Él se curvará con su fuerza para que la flecha surque veloz la lejanía.
Dejaos blandir en la mano del Arquero y sentiros satisfechos;
Porque así como Él ama la flecha que remontó su vuelo, así también Él ha amado el arco que tensará entre sus manos.
G.Jalil Gibrán
!Que recuerdos tan hermosos me produce este post! A las pocas horas de escribirlo nació Samuel, nuestro cuarto hijo….