Je,je,je…

“Me llevaron a un aula de estudio y me dijeron que me sentara en una mesa. El resto de los chicos estaba fuera, y yo estaba solo con el responsable del estudio. Éste sacó un libro delgado de tapas entre parduzcas y verdosas lleno de palabras en diferentes tipos de impresión.
¿No has estudiado latín antes, verdad?- dijo.
No señor.
Esto es una gramática latina, -lo abrió por una página muy manoseada- tienes que aprenderte esto, -dijo, señalando un número de palabras enmarcadas por líneas-volveré dentro de media hora para ver lo que sabes.
Contempladme entonces una tarde cenicienta, con el corazón apesadumbrado, sentado frente a la primera declinación:
Mensa……………………………una mesa
Mensa……………………………oh mesa
Mensam…………………………una mesa
Mensae………………………….de una mesa
Mensae………………………….a o para una mesa
Mensa……………………………por, con o desde una mesa
¿Qué demonios significaba eso? ¿Dónde estaba su sentido? Me parecía un completo galimatías. Sin embargo siempre había una cosa que podía hacer: aprendérmelo de memoria. Así pues, me puse de manos a la obra, hasta donde me lo permitían mis fuerzas, para memorizar el enreversado acróstico que me habían impuesto.
A su debido tiempo el responsable de estudio volvió.
¿Ya te lo has aprendido?-preguntó.
Creo que puedo recitarlo, señor-respondí; y lo solté de corrido.
Pareció tan satisfecho con ello que me envalentoné a hacerle una pregunta.
¿Qué significa, señor?
Significa lo que dice, mensa, “una mesa”. Mensa es un sustantivo de la primera declinación. Hay cinco declinaciones. Has aprendido el singular de la primera declinación.
Pero,-repetí- ¿qué significa eso?
Mensa significa “una mesa”- respondió.
Entonces ¿por qué mensa también significa “oh mesa”?,- pregunté- ¿y qué significa “oh mesa”?Mensa “oh mesa” es el caso vocativo- respondió.
Pero, ¿por qué “oh mesa”? insistí con auténtica curiosidad.
“Oh mesa” lo utilizarías dirigiéndote a una mesa, invocando a una mesa. Lo utilizarías hablándole a una mesa- añadió entonces, viendo que no le seguía.
Pero si nunca lo hago-estallé con sincera sorpresa.
Si eres impertinente, serás castigado y déjame advertirte, castigado muy severamente- fue su apostilla final.
Así fue mi toma de contacto con los clásicos de los que, me han dicho, muchos de nuestros hombres más inteligentes han sacado tanto placer y provecho.”

Anécdota de Winston S. Churchill de su libro “Mis primeros años de vida” que menciona Hans H. Orberg en su Introducción al método “Lingva Latina” del que ya hablaré detenidamente.

Hola

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3 comentarios en «Je,je,je…»

  1. El "rosa-rosae" eh!!!
    Es lo único que retuve en mis años mozos,je,je…quién me iba a decir que luego en la vejez, me enrolaría en este barco…"las vueltas que da la vida"

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