La pregunta del millón

El lunes por la mañana mientras desempolvábamos las neuronas los niños y yo (después de unos meses de descanso), Salvador, mi hijo mayor, me sorprendió con una pregunta que no tenía nada que ver con el problema de matemáticas que intentábamos solucionar:
Mamá, si Jesús se bautizó con treinta años y murió a los treinta y tres ¿su vida pública duró solamente tres años? Claro hijo, le respondí yo dando por supuesto que sus razones tendría, al fin y al cabo tratándose de Jesús, cualquier “excentricidad” se le podía permitir. La verdad es que nunca me ha sorprendido mucho, pues entre otras cosas pertenezco a una generación que nos hemos ido “maduritos” de casa, je,je…
La cuestión es que mi hijo puso cara de asombro absoluto y soltó la siguiente pregunta: ¿Y que hizo durante treinta años? Con diez añitos una persona de treinta años es un auténtico anciano, claro…
Y entonces empecé a ponerme hasta “nerviosa”, pues hijo ¿qué iba a hacer? Estaba en su casa, con su madre, trabajando con su padre, aprendiendo….
Y mi hijo insistió: Pero mamá ¿treinta añoooooos? ¿y por qué no empezó a predicar antes? Podría haber hecho muchos más milagros, podría haber ido a muchos países a hablar a la gente, le podrían haber conocido en todo el mundo, podría…..
Y yo asintiendo resignada: ¡¡ya hijo ya…así es nuestro Dios!!.
Me di cuenta en primer lugar, que mi niño con su corta edad ya se había contagiado de la hiperactividad de su madre y por otro lado me quedé dando vueltas a la pregunta y asombrándome de la incomodidad que me producían ¡¡¡esos treinta años inútiles!!! ¿Qué nos querrá haber enseñado Jesús con ello? ¿Tenía necesidad de tanto tiempo para empezar? ¡¡¡con todo lo que hay que hacer en este mundo, ahora y antes…!!!
Hemos de reconocer que humanamente hablando no tiene lógica ninguna. El Salvador del mundo está una cantidad considerable de años encerrado para por fin empezar su vida pública y a los tres años morir como un cualquiera, en una cruz.
¿Y el papel de María? Ella que sabía realmente quien era su hijo…¿no se debatiría entre la duda, el miedo, la impaciencia? A ella que Simeón le había profetizado que una espada le transpasaría el alma, a ella que su intuición de mujer le diría que cuando su hijo saliese del nido, algo “terrible” le iba a suceder.
Me consuela mucho en un momento existencial como el que estoy sobrellevando, pensar que la vida de mi Dios en la tierra fue poco productiva y relativamente breve…
Mi hijo se fue a otra cosa mariposa, un tanto decepcionado por mi respuesta… y yo sigo aquí dando vueltas a su preguntita….

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7 comentarios en «La pregunta del millón»

  1. Quizá en aquella época se respetaba y hacía más caso de la predicación de una persona de 30 años que está en lo mejor de su madured.
    Hay que ver en qué apuros nos meten los niños con sus preguntas.

  2. Bueno…yo de pequeña también me hacía esa pregunta. Creo que Jesús quiso vivir esos treinta años con nosotros para hacerse uno más, simplemente.
    Tan hombre como Dios, pero ese periodo es la media de vida humana y de plenitud en la que todos más o menos nos reconocemos.
    Como decía, creo que Ortega y Gasset, sobre el ser humano "a los 30 dejamos de ser lo que nos han enseñado".Nos desprendemos de muchas cosas al dejar atrás la primera juventud porque empezamos a ocuparnos de nuestra vida con menos teoría y más práctica.
    ES Dios pero también fue hombre y tenía que estar lo justo, ni mucho ni poco, para que jóvenes y mayores nos podamos intentar reflejar en él.
    Hace poco conocí de esta página y aunque nunca había comentado, aprovecho ahora para hacerlo y felicitarles por su maravillosa familia y por su fe viva.

  3. Andrea muchas gracias por el enlace. Por cierto, acabo de leer una entrevista tuya que es excelente, me ha gustado mucho. Un beso.

    Chica de las flores..¡¡cuánto tiempo!! Siempre me acuerdo de ti por el tema de los "dondiego" je,je..esperando que pasen los fríos para sembrar las semillas. Un besito.

    Fran si que nos meten en apuros pero nos ayudan a ser mejores, a pensar o repensar ciertas cosas que muchas veces damos por supuestas, que ya no nos planteamos…al fin y al cabo de "los que son como ellos es el reino de los cielos"

    Gracias Susana por tu comentario tan enriquecedor, efectivamente es una edad "ideal" aunque a mi hijo le parezca lo más parecido a un vejestorio, je,je..Me alegra que te guste esta página aunque la tengo un poco abandonada: ¡¡el trabajo es mucho!! Hacemos lo que podemos. Un beso.

  4. Hola, Paloma.

    Creo, pero no es cosa mía, ya que lo he leído, que la vida no pública de Jesús nos da a entender que nuestra vida callada, como sin importancia de cada día, sí que es importante para Dios. Muy pocos son los humanos conocidos, sin embargo todos somos muy importantes para él con una vida sencilla, cada uno en su trabajo, como El, que humildemente llevó la vida de un trabajador manual, haciendo con amor las tareas sin brillo, no de cara al exterior.

  5. Gracias anónimo por tu comentario, ya que me llegó "casualmente" uno de esos días en los que te preguntas si tu trabajo es útil para alguien. ¡¡¡Gracias!!!

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