«Cuando muy niños, no necesitamos cuentos de hadas, sino simplemente cuentos».
G. K. Chesterton
Por petición popular vuelvo a escribir sobre libros y en esta ocasión sobre lecturas para los más pequeñines.
Siempre recomiendo empezar a leer a nuestros hijos desde el momento del nacimiento o incluso durante la gestación. En cuanto tienen unos meses les gustará tocar los libros con sus manitas regordetas, y se sentirán atraídos por las ilustraciones por lo que es aconsejable que las ilustraciones sean lo más bonitas posibles. Ilustraciones que cuando las vean les llenen de alegría y de calma.
Habría que dejar libros al alcance de los niños, a su altura. Cuando son muy pequeños conviene que sean libros que ellos puedan tocar y manipular sin que nos importe que sufran algún pequeño percance. En mi casa siempre han estado los libros a su alcance, y no ha habido desgracias que lamentar. Los libros que bajo ningún pretexto quería que sufrieran accidentes los colocaba bien altos. Por otra parte, le enseñaba a cuidarlos, a no pintarlos, etcétera, pero a la vez les permitía que jugasen con ellos. Con los libros en mi casa se han hecho torres, rampas, parkings para coches, de todo…
Es buena idea ir construyendo una biblioteca infantil, una biblioteca que vaya creciendo igual que crecen ellos y una biblioteca con los mejores libros que se han escrito a lo largo de los siglos y a los que volveremos una y otra vez. Esos son los clásicos.
Es buena idea ir con ellos a la biblioteca, y allí dejarles que ellos elijan aquellos libros que más les llaman la atención y después llevarlos a casa y leérselos. Así podemos leerles los cuentos que a nosotros queremos y también los que ellos prefieren. Los niños que no están expuestos a televisión e imágenes feas sentirán una atracción natural hacia la belleza y elegirán bien. Evitad en la medida de lo posible y durante los primeros años de vida cualquier tipo de pantalla… os vais a alegrar toda la vida.
¿Qué libros podemos leer a los niños más pequeñitos de la casa?
Os voy a contar sobre algunos libritos que tengo en casa y que son verdaderas joyas en las que merece la pena invertir. Son esos libros que puedes disfrutar con cinco años y con cincuenta. Es el secreto que tienen los grandes y buenos libros
Beatrix Potter (1866-1943)
C. S. Lewis dice en su autobiografía que cuando leyó los cuentos de Beatrix Potter conoció por fin, la belleza. Es algo que tenemos que procurar para nuestros hijos, rodearlos de belleza en la medida de lo posible.
¿Quién fue Beatrix Potter?
Nació en Londres en 1866 y creció como una joven victoriana más, con una vida convencional. No asistió a la escuela y fue educada por institutrices en su casa, por tanto, sus compañeros habituales (ya que su hermano sí estaba escolarizado) eran los animales domesticados que tenía en casa (conejos, perros, lagartos e incluso murciélagos). Pasaba las horas observándolos, y dibujándolos.
Durante sus vacaciones familiares en Escocia y Los lagos de Inglaterra adquirió su amor por el campo y la naturaleza. Potter está considerada una de las primeras mujeres naturalistas de la Historia. Hoy, muchos de los dibujos científicos de Beatrix se pueden encontrar en el Museo y Biblioteca de Armitt (Ambleside) y son actualmente muy valorados por la comunidad científica, no sólo por su extraordinaria belleza, sino por su exactitud y precisión. No obstante, en aquella época por ser mujer no podía asistir a actos científicos ni publicar artículos por lo que desistió y empezó a escribir y dibujar cuentos para niños a la edad de treinta y cinco años.
En 1902 publicó el cuento de Perico el conejo travieso. Al público le encantó y siguió produciendo muchos libros.
Años más tarde compró su primera propiedad en el distrito de los Lagos, la granja Top Hill donde empezó a pasar todo el tiempo que le era posible. La granja y los terrenos circundantes empezaron a aparecer en sus cuentos e ilustraciones.
En 1913, a la edad de cuarenta y siete años, se casó con un abogado de la zona y adoptó la granja como residencia permanente. Empezó a dedicar más tiempo a la agricultura, la cría de ovejas, la comprar de parcelas para garantizar su conservación. Cuando murió legó al Estado unas 2000 hectáreas de terreno y quince granjas.
Fue una mujer increíble, con imaginación, talento artístico y literario.
Uno de los libros que siempre recomiendo cuando me preguntáis sobre lecturas para vuestros hijos pequeños son su Cuentos. Y yo alargaría su lectura hasta que vuestros hijos ya no quieran que se los sigas leyendo. No queméis etapas. Son cuentos maravillosos, con ilustraciones sumamente bellas. Es un libro para leer, releer a nuestros hijos y para volver a leer con nostalgia cuando se hayan ido ya de casa…
Hay más ediciones, pero a mí siempre me gustan las obras completas y aunque es un tomo grueso no me importa. Aquí podéis verlo.
Seguiré hablando en las próximas entradas de libros para los peques. Recordad que tenéis mucha más información y listas para todas las edades en el libro de mi autoría sobre la lectura en voz alta.
¿Os ha gustado esta entrada? ¿Conocíais a Beatrix Potter? ¿Alguna duda? ¿Algún autor o autora de los que os gustaría hablase más adelante? Os escucho.