“Sabemos muchas partes de poemas e historias de memoria; es lo primero que hacemos con todos los libros- dijo Téseris con su suave voz-. Pero él dice que así se aprende a amar a los libros, que tiene mucho que ver con la memoria. Dice que cuando los hombres se enamoran de las mujeres, aprenden de memoria su cara para poder recordarla después; se fijan en el color de sus ojos, en el color de su pelo, en si les gusta la música, si prefieren el chocolate o las galletas, cómo se llaman sus hermanos, si escriben un diario, si tienen un gato…”
NATALIA SANMARTIN FENOLLERA El despertar de la señorita Prim