PARIENTES Y AMIGOS QUE NO COMPARTEN NUESTRAS IDEAS SOBRE EDUCACIÓN (III)

Tal vez nos venga bien recordar algunos agravantes sobre la escuela que menciona Rebeca Wild, aunque seguro que a todos se nos ocurren más. Estaría bien tener una lista de este tipo en la puerta del frigo o algún lugar estratégico de la casa para que nos sirva de recordatorio en los momentos difíciles. Ahí va…

  • Después del primer año los niños rescatan solo la mitad de su creatividad anterior y después de terminar la educación básica les queda solo el 10%
  • Aprenden a aplazar su vida auténtica hasta algún momento indefinido y de adultos necesitan apoyo profesional para orientarse en el mundo, en lugar de contribuir con su creatividad a encontrar las soluciones cada vez más urgentes.
  • Aprenden a reemplazar sus experiencias personales por las enseñanzas de otros.
  • Se acostumbran a adaptarse a una sociedad que todo lo valora por su “utilidad” y no por su “sentido”.
  • A través de los años de escolarización se convencen de que los que tienen el poder son los que definen qué, cuándo y cuánto se debe saber y en qué dirección se debe hacer cualquier investigación.
  • Aprenden a saber mucho, pero no a comprender las cosas en su contexto, todo al contrario, que su experiencia personal concreta contradice a las sabidurías recibidas.
  • Aprenden a defender su puesto, pero no a encontrar su vocación personal ni a colaborar con otros.
  • Aprenden a ser motivados, conducidos y evaluados por otros, a recibir con pasividad lo que viene de afuera y a esmerarse o defenderse dentro de un marco general de competitividad, normas, controles y miedos.

Tampoco aprenden ciertas cosas que serían esenciales para una vida plena y respetuosa hacia sí mismo y el ambiente:

  • No aprenden a bregar con sus emociones.
  • No aprenden a estar en contacto con sus necesidades auténticas y equilibrarlas con las necesidades de otros.
  • No aprenden cual es su ritmo personal entre actividad intensa y relajamiento.
  • No aprenden a hacerse preguntas claras que deberían conducir a la solución de problemas vivenciales.
  • No aprenden a colaborar con otros, respetándose mutuamente en diferentes puntos de vista, en la creatividad como también en las limitaciones de cada uno.

Es preciso aclarar lo que queremos para nosotros mismos y para nuestros hijos. Así podremos confiar en lo que vemos hoy por hoy: En el niño activo, con intereses propios, que vive plenamente en el presente, que no pretende saber cosas que no comprende, que no está avergonzado de sus preguntas ni de su lógica infantil, que puede ocuparse solo o con amigos, que acepta límites necesarios, se orienta en situaciones concretas y resuelve pequeños problemas con sus propias ideas; que respeta a otros, inclusive los más débiles; el niño sano que se recupera bien después de una enfermedad; el niño que puede expresar sus emociones, soportar momentos de tristeza y gozar en los momentos de alegría…

Si esto nos parece demasiado poco, ¿no será que nos falta fe en la vida y en los procesos de maduración que ella produce?


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13 comentarios en «PARIENTES Y AMIGOS QUE NO COMPARTEN NUESTRAS IDEAS SOBRE EDUCACIÓN (III)»

  1. Amén. Ojalá mis hijos algún día cumplan todo lo del último párrafo.

    Hoy fui a ver a mi suegra a Almuñecar y todavía tengo los cables cruzados…que le pongas la tele, que coman tal o cual, haciendo interrogatorio a los niños sobre lo que saben y lo que no ( Y sólo tienen 4 y 2 años!) madre mía la que me espera jajajaja
    (menos mal que ya me lo tomo a risa!)
    Besos

  2. Seguro que si Mar. Por cierto leí tu comentario dándome ánimos, pero creo que no se ha publicado…Es verdad, los mayores tienen el duro trabajo de enseñarnos a ser mamás y papás. Muchas gracias, eres un solete. Un beso.

  3. Ai Paloma! Qué bien me vienen estas entradas!!! Aunque ya he leído sus palabras (las de Rebeca), me las mandas en tan buen momento! Justo ayer recibi un ataque de los duros, de los que duelen. Grácias guapa!!! un beso

  4. Mar…no se que ataque fue, pero te entiendo. Duelen tanto…

    Ah!!!gracias por lo de “guapa”, aunque tendrías que ver mis ojeras y mi cuerpo serrano cuándo me levanto por la mañana, después de estar de juerga láctea toda la noche, ja,ja…Es para hacerte reir pues sabes de que hablo.
    Un beso y mucho ánimo. Todas y todos los amigos y amigas virtuales estamos contigo.

  5. Me gustaría comentar un poco con vosotras “esos ataques”…
    a qué creéis que se deben? a qué le tiene realmente miedo la gente que se dedica a atacarnos?.
    Como son vuestras experiencias… lo digo para prepararme un poco. Yo todavía no he dicho nada de mis planes a mis suegros, ni a mi padre, que supongo serán los más reacios a esta decisión. Ellos tampoco preguntan nada y de momento lo estamos dejando pasar… saben que desde que estoy en el paro, los niños han ido poco al cole y que Hadri no lo pasaba demasiado bien.
    Supongo que todo nos lleva al mismo punto, el miedo. El miedo al qué dirán, el miedo a ser diferente, rarito…etc?
    Ya charlamos… (y siento que os ataquen tanto, ánimos!)

  6. Bueno Marta tranquila que tampoco es como en la época de las catacumbas y los leones…Eh!!!no es cuestión de dramatizar.
    Es un poco lo que decía Azu, con el primero te machacan más…luego ya eres “el rarito”, “el que todo lo hace al revés” y ya está…
    Yo por ejemplo he contado siempre con el apoyo de parte de la familia y luego la otra parte supongo que piensan que soy un poco rara, que los chicos estarían mejor en el cole mientras yo trabajaba para pagar la hipoteca o me quedaba limpiando la casa…etc…
    Pero luego presión social apenas he sentido, a pesar de vivir en una zona un poco VIPS. Todo el mundo sabe que los niños nacen en casa, que van todo el día medio desnudos, que comen zanahorias, que no van al cole, pero como ven que nos ocupamos de ellos y que los niños están bien…Nunca, nunca he tenido ningún problema. Es lo mismo, somos “los raritos”..unos especímenes en extinción y ya está…Además mi marido es de los que hablan con todo el mundo, los barrenderos, los jardineros, las personas mayores, los niños, la alcaldesa, ja,ja…por lo que gracias a él estamos muy integrados en nuestra zona. Yo soy más de ir a lo mío…más antipática..En fin…
    Los miedos que tienen en nuestras familias son los de siempre:
    Socialización de los críos, tema legal, su porvenir, “que no nos los quitemos nunca de encima”….
    Y luego algo que yo he observado es que si un niño no está escolarizado, se le mira con lupa, lo que sabe, como habla, su comportamiento…tiene que ser perfecto, pues si no…Siempre tienen sobre ellos la espada de Damocles.
    Yo he escuchado experiencias de todo tipo…espero que alguién más te cuente y si no, puede ser también tema de carnaval. Un beso.

  7. Paloma tiene razón en cuanto a que cuando no lo llevas al cole lo miran más con lupa, como esperando a que falle o pueda demostrar algo, pero en realidad, eso, así como toda la oposición del exterior, etc, no es algo contra nosotros, ni mucho menos. Con los años me he dado cuenta de que se trata de un problema interno del que te ataca, que de repente ve delante de sí a alguien que con su sola existencia, por ser diferente, parece que le obligue a cuestionarse una serie de cosas que no se quiere cuestionar y eso le violenta, y sobretodo a las madres y a las suegras, porque piensan que en cierto sentido les dices que no lo hicieron bien, cuando no tiene nada que ver. Su maternidad es suya, y no tiene nada que ver con la nuestra.
    A la gente les gusta que hagas lo mismo que ellos, eso les tranquiliza y les da seguridad en que lo hacen lo mejor que pueden, y cuando ven algo muy distinto, en ocasiones, se ponene muy nerviosos, pero es por todo lo que les remueve internamente, ¿estará realmente bien mi hijo en el colegio?, ¿tengo claras mis prioridades?, ¿les ofrezco a mis hijos lo mejor para ellos, o lo que es más cómodo para mí?…. y así… y desean acallar esos pensamientos, poder permanecer en su “zona cómoda” y es mejor opinar que esos niños serán raritos o que esto da muchos problemas, así siguen con su vida y con su venda, y se pueden seguir sintiendo más o menos bien. Pero hay otra gente que te vas encontrando en el camino que te entiende, que no le parece lo mejor para ellos pero te respetan y no se sienten cuestionados, tiene claras sus prioridades y lo que creen que es mejor. en el fondo los que más te atacan son los inseguros, los que se han limitado a hacer “lo que toca” sin plantearse nada más, y les disgusta ver que otro sí.
    Por otro lado también hay gente que solo tiene curiosidad, preguntan básicamente por la legalidad y la socialización, pero es porque se ha repetido tanto, hasta la saciedad, que los niños necesitan ir al cole para socializar que se ha convertido casi en dogma esa creencia. Ya sabéis, si dices muchas veces una mentira se acaba convirtiendo en una verdad…
    Se olvidan de que en España hasta hace unos 40 años no toda la población estaba escolarizada, y quizás había muchos analfabetos, sí, pero estaban todos socializados ¿o es que nuestros abuelos no socialiizaban? Mi abuela aprendió a leer con 63 años, pero antes de eso estaba ya integradísima en sociedad, tenía amigos, esposo, hijos, trabajó en su juventud, etc… (a parte de que no sabía leer, pero medienate la transmisión oral sí tenia un bagage cultural muy rico e interesante.
    Es encesario separar lo que es una formación académica de la integración en sociedad que son dos cosas distintas, y también sería bueno que la gente se planteara que tipo , ya no de socialización, que tiene miga, sinó incluso de formación, es la que te ofrece la escuela. Para empezar ¿Alguien se mira con lupa los libros de texto que van a estudiar sus hijos? Tienen una visión del mundo tan concreta… Por ejemplo, si cogemos un libro de tercero de primaria veremos que en el tema sobre nutrición explican que para estar sanos hay que comer de todo, incluyendo carnes, pescados, y todo lo demás ¿y qué pasa con el hijo de una familia vegetariana? Son tan limitados en tantos aspectos esos libros… y tan tendenciosos en otros…
    En fín, me estoy yendo por las ramas.
    Mi consejo es que al que tiene curiosidad sincera se le explique todo con tranquilidad, eso normaliza, a la familia, con tacto pero firmeza, son vuestros hijos, y a los “capullos” que solo quieren desahogarse que les den morcilla… pasad de ellos.
    Y sino utilizad la técnica de mi amiga Marina cuando alguien le pregunta ¿no van al cole?, ella dice, no, hacemos homeschooling, ya habrás leido algo sobre eso ¿no? y como casi nadie quiere parecer ignorante o reconocer que no ha leido nada de ello, muchas personas le dicen ah, sí, sí. y poco más 😉
    Besos.

  8. Si, Azu has dado con el quid de la cuestión, hace algún tiempo que yo también tengo esa sensación. Esto de la crianza y la educación remueven mucho dentro de nosotros y algunas personas no lo pueden soportar. Cuando nace tu hijo, si te permites tiempo de bebé en brazos y demás……..comprendes tantas cosas, revives tu infancia, lo que pudo ser y no fue…aunque por supuesto no existen culpables. Es su maternidad, ellas lo hicieron lo mejor que pudieron y ahora nos toca a nosotras. Pero también es doloroso descubrir que tantas de “tus neuras” puedan deberse precisamente a esa falta de leche, de brazos, de colecho. Y a ellas les duele el ver que las cosas pueden hacerse de otra manera ya que el instinto de coger a un bebé, consolarle etc.. lo tuvieron como nosotras, pero eran tiempos difíciles para vivir la maternidad.
    Con la educación sucede lo mismo. Todo el que es padre quiere lo mejor para sus hijos. Hay personas que son honestas y te dicen que les parece una opción ideal, pero que ellos no serían capaces de llevarla a cabo. Otros también son honestos, pues te dicen que ellos no lo sienten así, no va con su manera de vivir…Y es cierto.(Los que educamos en familia no pensamos que sea una opción para toda la sociedad, tan sólo queremos que se reconozca y no tengamos que estar siempre a la defensiva).Pero luego hay muchos que son los que critican,no hacen más que poner pegas…y son los que les gustaría pero…no se sienten lo suficientemente libres para hacerlo realidad. He dicho..ja,ja..

    No se si alguien se va a leer todas estas parrafadas, pero aquí quedan.

    Por cierto Azu, muy buena la técnica de tu amiga Marina. Con más de un listillo la voy a utilizar…

  9. Paloma, sí que lo leemos, a mi me encanta. Azu, ¡bingo!!! Yo lo creo así, lo veo. Las personas normales, sanas, sin problemas “internos” no se meten con nadie diferente. Viven su vida y aceptan la diversidad como un valor.
    ¿Socialización?
    Cuando uno se mete a monje y se queda a solas con su vida contemplativa nadie se mete con el. Es adulto. Tiene derecho, aunque no lo entiendan. ¿Y los niños? Seres sin derechos, seres sin derecho a ser lo que les plazca, ser como son, toda la vida amoldandose a lo que los demás desean. Por eso desean tanto ser adultos, cuanto antes.
    Ayer nos fuimos dos familias homeschoolers al monte. Estuvimos horas juntos, los niños de diferentes edades, ¡que bien se lo han pasado!. Ni un solo problema, ni un solo conflicto, jugando, visitando cuevas, subiendo bajando,riendo, cantando, relajados, felices… y los padres tranquilos, relajados disfrutando de la naturaleza, charlando. Una maravilla. (Se de que hablo pues visitamos el lugar a menudo con otros niños y otras familias “comunes” y es un no parar. Todos agotados de resolver los conflictos). Volviendo a lo de ayer: Ninguno de los niños pisó un cole ni una guardería, no hay nada que deshilachar, ningunos traumas que curar, ningún malestar profundo que detectar. Así debería ser siempre, pero os puedo asegurar que solo me pasó con dos familias. Los niños criados de otra manera siempre tienen problemas, utilizan las estrategias de supervivencia. Ya ni saben jugar. Hasta el punto de hacerme dudar a veces de que es lo normal.

  10. Airenita, sólo puntualizar algo. La gente se mete no solo con los niños, sino con cualquiera cuándo toma un camino que no es el que todos esperan. Tengo una amiga que cuándo estaba a punto de terminar la carrera de físicas, siéndo una de las primeras de la promoción, decidió abandonar “el mundanal ruido” y se hizo Carmelita. Eligió un convento de clausura en Getzxo, que era por aquellos entonces el que seguía las reglas de manera más estricta en España. Nadie comprendió nada, la familia le hizo un tremendo vacío, se opusieron…Fué tremendo. La aconsejaban que lo meditara, que no se precipitase, que se fuese de misionera que al menos sería útil, que iba a pasar frío, que enfermaría. Es lo mismo, se valora lo útil, lo que sirve para algo, lo que se puede medir, cuantificar, pesar…Ella a los pocos meses hizo los votos perpetuos (podría haber esperado toda la vida para hacerlos), y yo estuve acompañándola. Allí sólo había lágrimas, tristeza…pero lo más paradójico y absurdo del asunto es que la familia era creyente. ¿De qué se escandalizaban? En medio de todo áquel “drama” mi amiga irradiaba felicidad. Han pasado muchos años y allí sigue, el mundo no comprende pero da igual. Siguió su camino, no hizo caso de los bienintencionados consejos, ofreció sus mejores años, su vida entera, en pos de un ideal. A mi me dicen: “Que pena, dejar tu carrera, tus estudios, tu trabajo, tu independencia económica, tu vida social…para estar encerrada entre cuatro paredes con cuatro mocosos…”

    ¿No ves? Es lo mismo. No da dinero, no da prestigio social, no sirve para nada…

    Tienes razón con lo que dices de los niños libres. Yo lo experimento bastante, por suerte, son tan diferentes. Por ellos seguimos en la lucha, por ese brillo en sus ojos, por esa ingenuidad, aunque el mundo no comprenda.

    Un beso y gracias por leernos.

  11. Sí, entiendo, parece que lo mismo pasa cuando los hijos no siguen la religión de sus padres, parece que es común “abortarlos” para siempre. ¡Que locura! Yo más bien hablaba de la parte legal. Ningún inspector, trabajador social, ningún juez creo le podría obligar a “socializar”, no importaría su opinión personal, y con los niños sin embargo se hace. Se les obliga a estar donde no quieren estar, hacer lo que no quieren hacer y alejarse de los que les importan de verdad durante largas horas y así durante los 10 años de “(j)aulas obligatorias para todos”. Y no digo que no se relacionen, sino que sean ellos quienes decidan cuando como y con quien. No entiendo esta obsesión por “socializar”. Como si a alguien hicieran daño cuando deciden hacer algo solos o no salir. Parece que solo el “papel de autista con cuatro firmas y dos sellos” te libra de estas presiones sociales.

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