Los seres humanos somos los únicos mamíferos que venimos al mundo inmaduros. Tras nueve meses de gestación todavía necesitamos meses y meses de leche, de calor, de brazos y muchos años hasta que podemos valernos por nosotros mismos. Nacemos en el seno de una familia, absolutamente desvalidos y dependientes , necesitando del encuentro y el cuidado amoroso de nuestros semejantes. “Es decisivo para la formación de un niño crear en torno suyo un clima de amor incondicional que le inspire un sentimiento de confianza absoluta. La confianza es indispensable para el encuentro, y éste es la base del desarrollo humano.” (Alfonso López Quintás)
No hay tiempo para nada importante, los horarios de los padres, los de los niños que cada vez son más asfixiantes y cuando por fin tenemos algún rato para estar juntos, charlar relajadamente, contarnos nuestras cosas, trabajar juntos, jugar juntos, leer un buen libro en voz alta…aparecen los “extraños”. Hay muchos de estos por todas las casas, en primer lugar el televisor y luego los ordenadores , los móviles,las maquinitas de juegos….
Trabajamos mucho, porque el dinero es necesario para vivir, pero no solo para vivir (pocos trabajamos sólo para satisfacer las necesidades básicas de alojamiento, vestido y alimento) también para tener todo lo imaginable. Nos decimos: “al fin y al cabo nuestros hijos se merecen lo mejor” y lo mejor, frecuentemente es considerado como sinónimo de lo más caro: la mejor ropa, los mejores juguetes “educativos”, las mejores escuelas, las mejores actividades extra escolares.
Pero la única verdad es que llenamos nuestras vidas y nuestros hogares de cosas y no queda espacio para las personas. Nuestros niños nos necesitan a nosotros y como no nos tienen se han de conformar con sucedáneos y piden y piden cada vez más, intentando llenar su vacío existencial de muchas cosas, igual que hacemos nosotros, al fin y al cabo somos su paradigma. Nos han vendido lo del tiempo de calidad, pasamos juntos un rato cada día, pero con una calidad…. ja,ja,
Algunos antiguos consideraban que los hijos eran su oro, su tesoro y me parece un buen punto de partida para orientar nuestra vida conforme a ello. Se puede aprender a vivir de otra manera, se puede aprender a vivir con menos, a simplificar nuestras vidas, las cosas pueden ser diferentes, siempre o casi siempre hay alternativas, solo se trata de saber escuchar a nuestro corazón y lo que es más difícil todavía aprender a escucharles a ellos. No conozco ninguna madre a la que le guste dejar a su bebé de cuatro meses en una guardería, a ninguna que no se le parta el alma cuando escolariza a su bebé de tres años en el colegio y éste se queda llorando, a ninguna que le encante ver a sus hijos durante horas pegados a una pantalla, a ninguna que le parezca maravilloso no estar con los suyos, más que los fines de semana (que frecuentemente se tienen que dedicar básicamente a comprar y limpiar) Entonces ¿por qué no cambiamos? ¿qué nos lo impide?
Nuestros niños que cualquier día serán adolescentes y tal vez no nos querrán contar nada de su vida, pero ¿les escuchamos nosotros a ellos cuándo eran pequeñitos y nos querían hablar de sus batallitas? Bah!!! eso no era nada serio, pues ahora nos toca recoger los frutos, ellos aprendieron que no eran importantes, que sus cosas no nos interesaban.
Nuestros niños que quizá serán adolescentes de esos cansados, que van del sofá a la cama con la música, que no nos escuchan, que no colaboran en casa. ¿Cuándo eran pequeñitos no les poníamos la TV para que nos dejaran en paz? ¿Cuándo tenían dos años les dejábamos poner la mesa? Nos daba miedo que rompiesen la vajilla y además tardábamos menos nosotras, siempre tan eficientes ….Les enseñamos a estar al margen, a que su contribución no era importante, les enseñamos a que nos dejasen tranquilos y solos…Y solos estamos, lo conseguimos.
Así es con todo…
Trataremos de todo lo relacionado con la familia, con la crianza (crianza con apego, respetuosa y amorosa), con la educación de los hijos, con los valores,con la vida familiar, con ideas para celebrar la fe, con recursos para estar juntos y felices sin necesidad de tener encendido el televisor o la play (¿se escribe así?). Y ni que decir tiene que no se trata de “enseñar”, solo de compartir con quién lo desee, esos truquillos, eso que a nosotros nos ha funcionado y que por supuesto tú tendrás que adaptar a tus circunstancias de hoy pues seguro que para las de mañana ya no te sirve. Es un unir fuerzas para salvar entre todos este don, este regalo maravilloso que es la familia, es un decir si, un intento de mostrar que se puede conseguir, que no se trata de aguantar (esto es propio de las columnas, no de las personas) sino de ser fieles, de perseverar, de amar, de entregarse..
Publicaremos artículos, fragmentos de libros, citas, que nos puedan ayudar a crecer juntos y en familia que al fin y al cabo es nuestra vocación, a lo que el Padre nos ha llamado. Es maravilloso lo que podemos aprender de nuestros niños y de que manera gracias a ellos nos convertimos sin lugar a dudas en mejores personas. Y esto es lo único que nos importa ¿no?
Mt, 18 3-6
“Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como los niños no
entraréis en el reino de los cielos. El que se haga pequeño como este niño, ése
es el mayor en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi
nombre, a mí me acoge”
Muy bueno ese escrito, Paloma.
Estoy de acuerdo con todo. Y cuanto me alegra que mi marido también lo esté.
Yo he sido una madre tardía, pero quizá haya sido mejor así, pues antes también me había creído esas mentiras de que a los niños hay que separarlos de nosotros desde pequeñitos. Gracias a Dios, Él me mostró la verdad a tiempo. Y ahora, aunque estoy cansada, mi casa no está reluciente, y nuestra cuenta bancaria es raquítica, tengo la conciencia tranquila.
Un abrazo y feliz año nuevo.
Carolina
Totalmente de acuerdo. Esto que has escrito nos hace tomar conciencia de lo que realmente es importante en la vida. Cada vez soy más consciente de que lo que se lleva socialmente es lo que tú dices, trabajar todo el día y tener a los niños en el colegio. Verlos sólo un rato de noche, cuando todos están cansados, o los fines de semana, para hacer la compra o llevarlos a actividades. Lo raro y lo que hace que todos te miren cuando lo dices, es pasar 24 horas al día con tus hijos (también es verdad que tomándose una un rato de soledad cada día).
Me va a gustar este blog, como también me gustan los otros dos.
1beso y feliz nuevo año para ti y los chavales, papá incluido.
"Estoy cansada, mi casa no está reluciente, y nuestra cuenta bancaria es raquítica pero tengo la conciencia tranquila" Me ha encantado Carolina, has descrito mi sentimiento vital. Mil gracias por estar siempre. Feliz Navidad.
María me alegra mucho tu visita, besos para los tuyos y mil gracias por tus palabras.
Acabo de conocer este otro blog, felicidades! lo agrego al Reader para seguir leyendolo 🙂
no hace falta q diga q concuerdo con lo escrito en este post, no? 🙂
cariños a todos!
Bienvenida también a este blog, ya sabes que estás en casa. Muchos besos a tu linda familia!!!