Una matrona

Hace 12 años en un viaje hacía Chinchaypucio, una pequeñísima y olvidada comunidad del Cusco, me senté en el autocar junto a una mujer y nos pusimos a hablar. Me contó que era matrona y por esas cosas de la vida me comentó que atendía partos en casa, me habló de la epidural, de los partos hospitalarios, del puerperio, la lactancia materna…Yo no daba crédito a todo lo que oía, tampoco me habían quitado nunca el sueño esos temas, pero la cuestión es que al llegar a nuestro destino le pedí su teléfono y le dije: Si alguna vez me quedo embarazada lo primero que haré es llamarte. Fue para mi un “desvelarse”, como las ideas claras y distintas de las que hablaba Descartes, ese “cliq” que una vez producido aleja toda duda, toda incertidumbre, toda inseguridad.
Y años mas tarde, la llamé….
Gracias a esta mujer mis cuatro hijos han nacido en casa, han sido amamantados por un tiempo escandaloso, no están vacunados y un largo etcétera en el que me atrevo a incluir de manera indirecta la no escolarización. Todo está unido y una cosa va llevando a la otra.
Ni que decir tiene que le estaré eternamente agradecida, ella siempre dice que es porque yo estaba receptiva, pero la cuestión es que sin aquella conversación andina, casi con toda seguridad mi vida habría sido muy diferente. ¡¡¡Gracias Carmen, conocerte ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida!!!!.
Esta es una carta escrita por ella que circula por internet:
Mi nombre es Carmen Pascual Calle, y soy matrona. Después de la especialidad trabajé 4 años en un hospital de Zaragoza. Allí me dí cuenta de que la mayor causa de complicaciones en el parto provenían del miedo que sentía la mujer por el desconocimiento del proceso y el desamparo al encontrarse en un medio desconocido para ella.
Cuando tomaba el relevo con las compañeras y me daban el parte, siempre había alguna mujer en situación apurada: nerviosa, con fuerte sensación dolorosa y sin progreso en la dilatación, con muchas horas de trabajo de parto. En la mayoría de los casos bastaba con sentarte a su lado, comprender su situación y hacerle ver que ibas a estar con ella para ayudarla. Esto le tranquilizaba, y junto con algunas indicaciones sencillas de cómo utilizar la respiración para relajarse era suficiente para que cambiase completamente su situación: menos sensación dolorosa, progresión en la dilatación, etc…
Viendo claro por qué les resultaba tan difícil parir a algunas mujeres, decidí después de 4 años en el hospital dedicar un esfuerzo a formar a las mujeres para que no tuvieran miedo al parto y que colaboraran con su instinto para parir y también que consideraran a los ginecólogos y matronas sus aliados, sobre todo si se complicaba el proceso.
Los años que estuve trabajando formando a los padres para que tuvieran un parto normal fueron muy fructíferos. Entonces no se aplicaba la epidural y las mujeres aprendían técnicas de relajación, posturas y otras técnicas como el masaje lumbar y sacro o la aplicación de calor para aliviar la sensación dolorosa. Tengo que decir que un porcentaje alto de mujeres tenía un parto normal, con poca sensación dolorosa, debido al grado de relajación que alcanzaban.
Un buen día, apareció por mi centro de preparación al parto una mujer gestante de su segundo hijo. Se la veía sana y fuerte y me contó su experiencia del parto del primer hijo: muchas horas de dilatación, contracciones muy dolorosas e inmovilizada en la cama con gotero de oxitocina y monitor. Ahora no quería exponerse a pasar otra vez por la misma experiencia y me expresaba su deseo de parir a este hijo en su casa.
Nunca hubiera pensado que en pleno s.XX hubiera mujeres que quisieran parir en casa ( luego me enteré que en otros países era una práctica habitual). Me llamó la atención su firmeza (su marido la apoyaba). Así comenzó mi andadura de la asistencia al parto normal en los hogares de los padres.
Éste, mi primer parto en casa (año 1985) lo dirigió totalmente la mujer. Cuando me llamaron ya estaba con 4 cm. de dilatación; expresó su deseo de meterse en la bañera (la bolsa estaba íntegra). En la bañera terminó de dilatar, saliendo para el expulsivo. Espontáneamente se colocó en cuclillas y hacía los pujos cuando tenía contracciones, progresando el niño en el canal del parto con facilidad: yo estaba muy sorprendida de ver que no ” me necesitaba”, ella estaba concentrada en su trabajo y sabía en cada momento lo que tenía que hacer. Entonces tuve en ese instante la certeza de que la mujer sabe parir y el bebé sabe nacer. Yo le escuchaba el bebé para comprobar que estaba bien y nada más, el resto lo hacía ella sola, sabedora de su capacidad natural para traer a su hijo al mundo. Cuando la cabeza empezó a ser visible en la vulva yo le sugerí que se recostara para yo poder proteger su periné y que no se rasgara ( pues me había pedido, si era posible, no cortar), y así vino al mundo Ángel. Nunca se me olvidará este parto, ni los 300 y pico que siguieron después. Gracias a todo lo que me han enseñado las mujeres y no por mérito propio puedo decir que me considero una experta en la atención del parto normal. Han sido experiencias extraordinarias .”Las mujeres y los niños enseñan cosas que no vienen en los libros” El arte de atender el parto normal lo debo a las mujeres, es como un tesoro que no me pertenece ya que lo considero como un patrimonio que ellas deben heredar.
Cuando hace un par de años nos convocaron a las matronas de Atención Primaria a un centro hospitalario de Zaragoza para comunicarnos que el departamento de partos estaba abierto y a favor del parto normal, ( Sanidad ya había publicado su comunicado de Estrategias para la asistencia al parto normal), lo primero que me sorprendió fue que no había ninguna matrona del hospital en la reunión, así que mi alegría se vuelve recelosa, pues no entiendo cómo no están presentes ellas que son las protagonistas del parto normal… Me hubiera sorprendido lo mismo si nos hubieran reunido para hablarnos de cómo aplicar un forceps, una ventosa o practicar una cesárea…técnicas que como todo el mundo sabe, son exclusivas del ginecólogo y que ellos aplican con maestría.
Cuando leo o escucho los cambios “estructurales” que algunos piensan que hay que hacer en los hospitales para llevar a cabo el plan de asistencia al parto normal, veo lo lejos que están de comprender lo que verdaderamente se necesita: lo más esencial para que se pueda dar el cambio es que primero haya un cambio en sus mentes. Que vean a la mujer capacitada para parir bien sin complicaciones y que ellos “colaboren” , respetando lo que las mujeres demanden: las que se vean capaces y quieran parir sin goteros de oxitocina, ni epidural, que les proporcionen el ambiente adecuado: libertad de movimiento y la dejen ser a ella protagonista.
Las que quieran parir con epidural, etc… el mismo respeto, siendo ellos-as los que en estos casos apliquen los protocolos pertinentes.
Así que pienso que lo más importante y decisivo para que se den cambios es cambiar primero la mente ( esto es difícil para algunas personas que no quieren soltar los riendas).
Cuando uno cambia la manera de pensar respecto de algo, se ven las cosas claras y se pasa a la acción, así es fácil, fluye la creatividad y entonces se pasa a hacer cambios estructurales que no son grandes, ni complicados; lo puedo asegurar.
En las Sagradas escrituras se nos dice que “no se echa vino nuevo en odres viejos, pues de otro modo los odres revientan, el vino se derrama y los odres se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en odres nuevos, así, ambos se conservan ” (MT 9, 17). Ya pueden hacer cambios estructurales costosos y aparatosos (que no son necesarios) , que si ellos no han cambiado sus mentes, fracasarán, pues querrán meter a la mujer en una hermosa bañera con los viejos prejuicios…porque …¿quién realmente dirige el parto?: la mujer, si la dejan desplegar su potencial, junto con su bebé, ( que por cierto sabe nacer) …o los que estamos al otro lado?
Pienso en el dineral que se ahorraría en las maternidades si todos los profesionales aunáramos esfuerzos para proporcionar a las mujeres un ambiente adecuado para permitirles que su sistema hormonal trabajase bien, no se necesitarían goteros de oxitocina porque el cerebro segrega su propia oxitocina, ni se necesitaría analgesia o anestesia, porque el cerebro segrega endorfinas (su propia analgesia)
La epidural, indudablemente, es un adelanto cuando se aplica en momentos puntuales, y por supuesto, a las mujeres que la soliciten, pero tendríamos que respetar a aquellas mujeres que deseen traer al mundo a sus hijos de manera natural.
El parto dura unas horas, pero cuando la madre se va a casa con su bebé y ya se le ha pasado el efecto de la epidural, se encuentra con todos los efectos secundarios: perinés inflamados, puntos a veces infectados, sobre todo cuando se han aplicado forceps o ventosas (desde que se está aplicando la epidural de forma sistemática han aumentado considerablemente los partos instrumentales), pechos ingurgitados porque los niños están muy adormilados y no los vacían, con lo cual se abandonan muchas lactancias. Sé que hay pediatras que cuando ven a un niño muy adormilado que tiene dificultad para mamar, van al historial de la mujer para ver cómo ha sido el parto.
Y siguiendo con lo del ahorro sanitario quiero decir que en la mayoría de los casos a un parto normal, sigue un postparto normal y una lactancia satisfactoria y casi siempre prolongada: lactancia exclusiva hasta el 6º mes y siguen con lactancia algunos meses más completando con otros alimentos. Dicen los pediatras: “Da gusto con los bebés de lactancia materna, pues sólo los traen para las revisiones del niño sano.
Por todo esto me hago las siguientes preguntas:
1-¿Por qué , a diferencia de otros países donde la matrona tiene la competencia exclusiva del parto normal, en España no es competencia exclusiva de la matrona?
2-¿Por qué en vez de complementarnos y aprender unos de otros en un clima de confianza y respeto , a veces se rivaliza como si fuéramos enemigos? (hacemos bandos)
Siempre habrá mujeres que quieran parir con toda la tecnología a su servicio, y es muy respetable, pero con el mismo respeto debería tratarse a la mujer que lleva un plan de parto, pues no tendría que llevar un plan de parto por escrito, si se diera por sentado que ” es un derecho que ella tiene, si se ve capaz y quiere parir con sus propios medios”. No se le debería mirar como a un bicho raro ni mucho menos “castigarla ” por atreverse a decir ella cómo quiere parir.
Aquí , quiero hacer un inciso para aclarar que nunca se debería enfrentar a las mujeres con el hospital, o si son ellas las que muestran hostilidad hacerles ver que en el hospital están ( deberían estar) a su servicio, y si surge alguna complicación, es el sitio más seguro donde están todos los medios para hacerles frente.
La radicalidad y el fanatismo no son buenos en ningún campo, ni por parte de la mujer ni por parte del que atiende el parto, pues entonces la asistencia al parto se convierte en un campo de batalla donde cada uno ataca y se defiende como si el otro fuera su enemigo.
Creo que unos y otros deberemos aprender a ser un poco humildes y a tratarnos con respeto. El sanitario, que sepa ver el potencial de la mujer para llevar a cabo un proceso fisiológico sin complicaciones, y, la mujer, que vea en el ginecólogo y la matrona personas preparadas para darles apoyo y ayudarles en caso de complicaciones.
Así se daría un mejor servicio, pues cada mujer y cada ser humano que viene al mundo son únicos y ellos se merecen lo mejor. Por último decir que soy mujer de fe. Mi modelo es Cristo, que siendo el hijo de Dios, fue el más humilde y nos dijo: “El que quiera ser el mayor entre vosotros, el que quiera ostentar el mejor puesto, que sea el servidor de todos.” (Mt.20,26) Sólo el más humilde puede ser servicial (que no es lo mismo que servil).
El conocimiento sin humildad se convierte en despotismo. Me gusta soñar con un servicio de obstetricia en nuestros hospitales donde cada vez se atiendan más partos normales con el consiguiente ahorro de energía del personal, reparto de responsabilidades, ahorro económico y mayor bienestar y contento para todos.
¡Ojalá que no tengan que pasar muchos años para que este sueño se convierta en realidad!

Carmen Pascual

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18 comentarios en «Una matrona»

  1. Que sorpresa encontrar tu blog!
    Me han encantado tus reflexiones y que razon tienes con el tema del cambio de mentalidad.
    Cada vez que hablo con una mujer recien parida que me cuenta su parto me tengo que agarrar a la silla. Muchas veces son historias de agresiones verbales y fisicas que en cualquier otro contexto no se permitirian.

  2. Paloma… como siempre genial. Ya sabes que aunque no tuve parto en casa, para mi han sido dos de las mejores experiencias de mi vida, pero creo que mucho de ello se debio a que yo había ayudado a nacer a terneritos… y ese conocimiento me ayudo a mi autoconocimiento.

    Creo que casi todo va unido, aunque yo he vacunado a mis hijos… y volvería a hacer…¡¡vi a tantos niñ@s con polio en Senegal que me da pánico!, de modo que reconozco que actuo más por la presión del miedo que por un razonamiento razonable… y desde luego mis hijos saben que si no lo hacen con los suyos, yo no los voy a criticar ;-D

    Cariños inmensos,

  3. Guauuuuu ! Paloma conoces Mi cordillera de los andes , aunque soy uriunda de Rio de janeiro , siento una pertenencia con la cordillera….. es por eso que vivo en sus faldas .
    Mi tercer bebe , venia sentado y con el cordon umbilical enrollado , mi duda; ( que nunca lo sabre ), según el doctor… cesarea era la unica opción , ¡será cierto? , no lo sé.
    que bello encuentro tuviste con carmen, lo mejor es que tienes un marido que te apoya en esas decisiones tan importantes.
    aaaaaaaa ..desperto mi hija.
    besos

  4. Ufff Paloma, estoy muy sensible con este tema ahora que viene otro en camino. Cuando Ariam nació yo ni sabía que se podía parir d otra forma, imagínate que inculta. El parto con Ariam fue un poco desastre, oxitocina, muchas horas, mucho dolor, varios errores médicos, etc…vamos que me da pánico el parto. Y si que hay hospitales con un protocolo para parto natural, pero me da la sensación que solo eso "protocolo" y nada más. Ayyyyy ya vermos, me quedan 6 meses.Waaaa.

  5. ¿Existe alguna diferencia entre matrona y comadrona?

    Aquí en EE.UU. están ahora en boga las doulas, pero baratas no son.

    Carolina

  6. Sandra mi consejo es que te informes, que leas. Cuando yo me decidí a intentar un parto domiciliario con mi mayor (hace nueve años) fue un "acto de fe", sólo había conocido a esta mujer que no tiene hijos, había leído un solo libro ("El bebé es un mamífero" de Odent) y había hecho el curso de preparación a la maternidad-paternidad con las chicas de Génesis, que son las que han atendido mis partos.
    Pero no había conocido a ninguna mujer de carne y hueso que hubiese tenido un parto en casa….
    Ahora todo ha cambiado mucho, mucho, muchísimo..Fíjate todo lo que hay en internet, puedes leer los testimonios y experiencias de muchas de nosotras, puedes leer libros buenísimos, meterte en foros…
    Informaros y luego lo que sintáis, este tipo de cuestiones o se ven o no se ven. No obstante nunca sabes lo que puede pasar, a mi cuando me preguntan ¿va a nacer también en casa? Siempre digo "no lo se…lo vamos a intentar…"
    También puedes hablar con el personal del hospital…todo ha cambiado mucho en los últimos años y hay experiencias maravillosas de partos hospitalarios.
    Tienes seis meses no te agobies, pero no pierdas el tiempo. Si donde vives hay alguíen que atienda partos en casa, ponte en contacto con esa persona…es lo que yo hice.
    Muchos besos y si necesitas algo no dudes en preguntarme.

  7. Bueno supongo que me agobia más porque la opción de parto en casa ni me la puedo plantear, no podríamos permitirnoslo a nivel económico. Y el los hospitales si ha cambiado algo, pero los que tengo a mi alrededor no te informan de nada antes,te ven directamente el día del parto, se leen tu plan de parto en el momento y ya está. El personal es el mismo que atiende los partos "en cadena" y dudo que psicológicamete sean de gran ayuda. Me atendieron por teléfono en 3 hospitales una media de 3 min por llamada, en los tres me dijeron, tu cuando te pongas de parto vienes y ya está. Ufff me entró el estrés, jeje.

  8. Sandra hay una asociación que se llama "Nacer en casa" yo llamaría para ver si hay algún profesional en la zona donde vives y conciertas una entrevista. El dinero no suele ser un problema, date cuenta de que para estos matrones/as generalmente atender partos en casa es algo vocacional. Lógicamente les supone un esfuerzo y una dedicación que cobran, pero siempre podrás llegar a un acuerdo . El requisito indispensable para ellos es que estéis convencidos de lo que queréis hacer y otras cosas, como el transcurso del embarazo, tu salud etc…pero no el dinero.
    Además ellos pueden aconsejarte algún hospital, la mayoría compaginan el trabajo hospitalario con la atención de partos domiciliarios. Por otro lado te pueden informar de tus derechos, seguramente sea mejor que te persones en el hospital a una llamada telefónica, creo que tienen obligación de atenderte e incluso mostrarte el paritorio, sala de dilatación etc…Para todo ello también te puedes informar en "El parto es nuestro".
    Si se me ocurre algo más te cuento…

  9. Muchas gracias Paloma, no te imaginas cuanto te admiro en este tema (y en otros también, jeje). La verdad es que no es una decisión fácil. Siempre están los miedos de lo que pueda pasar. Seguiré tu consejo y miraré lo de la asociación NAcer en casa. Mil gracias.

  10. Sandra no hay nada que admirar, todos estamos hechos de la misma "pasta" y tenemos más o menos los mismos miedos…
    Cada uno tenemos que recorrer nuestro camino y a mi me tocó este.
    Mucha suerte y a disfrutar de tu embarazo…me imagino que ya no tendrás tantas naúseas.
    Besos.

  11. Waaaa, si que tengo!!! con Ariam estuve devolvoendo hasta los 5 meses. Espero que se me pasen antes. La verdad es que con este me encuentro mejor en general. Gracias de nuevo. Besos.

  12. Ay Paloma, cómo me ha gustado este post!! Últimamente leo mucho sobre este tema de embarazos y partos, me encantan… lástima que no supiera de esto hace casi 3 años cuando me practicaron una cesárea innecesaria para que naciera mi hija(estoy casi segura, después de lo que he leído), vamos mi hija y yo estábamos bien y decidieron hacérmela, para ellos porque no dilataba, yo me lo creí todo hasta después de un tiempo que empecé a leer y ahora me siento FATAL, con lo que sé y no pudo ser, y no hay día que pase que dé vueltas a la cabeza. Y me da miedo el día de mañana que quiera tener otro bebé y tener miedo a otra cesárea (eso que me fue todo bien, recuperación, lactancia, pocas molestias a pesar de una operación…) Me planteo también un próximo parto en casa, pero siempre pienso que si al final acabo en cesárea o lo que sea en un hospital, no sé si podría superarlo (me refiero a primero concienciar a toda la familia de tener un parto en casa, es más costoso…) y acabar en un hospital, no podría escuchar a mis familiares decir:"lo ves, tanta tonteria para parir en un hospital" o algo así, como ves tengo muchas dudas y miedos.
    Se te ve a ti tan serena, tan entregada, no sé, posts como los tuyos hacen que personas con "estrés" o miedos vean las cosas de diferente manera, más sencillo y mejor…

    Gracias por compartir y perdón por la extensión.

    Saludos, Mara.

  13. Mara la cesárea es un invento maravilloso que ha salvado muchas vidas. Tu hija está bien, de nada sirve dar vueltas a lo que no puedes cambiar y respecto al futuro te digo lo mismo que a Sandra ¡¡¡infórmate!!!, es lo mejor y luego ya toca hablarlo con tu marido, contactar con personas que hayan tenido sus hijos en casa…No debemos hacer las cosas pensando en la opinión de los demás, es imposible agradar a todo el mundo. Cuando se comienza un trabajo de parto nadie puede saber como va a terminar, tú empiezas en casa y claro a nadie le gusta tener que ir finalmente al hospital pero…son riesgos que hay que correr, así es la vida.
    Yo también lo pensaba con mi primero, que horror!!! como no pueda, y tenga que ir al hospital, que vergüenza…pero al final nada de eso pasó. Frecuentemente nuestros miedos nos paralizan.
    Además hemos de pensar que precisamente para eso se inventaron los hospitales, para ayudarnos cuando hay problemas. Un parto normal es más seguro en casa que en ningún otro sitio, pero en caso de complicaciones serias el hospital es lo mejor. ¿no?
    Respecto a lo de la cesárea, hay muchos casos de mujeres que han tenido una o dos cesáreas y luego un parto estupendo, tranquila pues seguro que con tu segundo bebé tienes el parto que sueñas.
    Muchos besos.

  14. Gracias Eva, aunque las reflexiones de esta carta son de una matrona que conocí no son mías…ójala!!!

    Ipe no sabía lo de los terneritos, sin duda ello te ayudó, je,je…es muy bueno. Respecto a lo de las vacunas me has inspirado otro post, pues creo que nunca he hablado de ello directamente y aunque no se nada del tema al menos puedo aportar mi experiencia por si le sirve a alguien…
    Te entiendo perfectamente con lo de la polio, a mi también me daba miedo y eso que nunca he visto un caso, pero era el gran miedo de nuestros mayores. Lo que pasa es que en España hace, no se cuantos montones de años, que no hay ningún caso de polio salvaje, ello me tranquilizó…

    Ipe te copio un fragmento del libro "El bebé es un mamífero" de Odent:

    "Cuando era una niña vivía en la granja de sus padres en Dakota del Norte. Su padre le había dado alguna responsabilidad en el momento del nacimiento de unos cerditos y le había hecho esta advertencia: "¡Que no te vean!. No aparezcas, pasa desapercibida. Si la cerda se sintiese observada el parto sería más largo, más difícil, más peligroso, y después del parto la madre podría desinteresarse de sus crías e incluso tener un comportamiento agresivo. Sin embargo, a la vez que permaneces invisible procura saber lo que pasa. En efecto, después de haber parido ocho, diez cerditos o más, las cerdas pueden desatender a uno, o bien ahogarlo inadvertidamente. En ese caso, únicamente, hay que saber intervenir". Cuando esta niña se convirtió en una mujer adulta y tuvo hijos, se encontró en un hospital para humanos, sobre una mesa, rodeada de expertos que le decían que empujara o no empujara, que respirara así o asá. Descubrió entonces que aquella gente no había comprendido nada de lo concerniente al parto y tomó conciencia de la enseñanza de su padre. Así es como empezó a organizar seminarios, talleres, conferencias, para hacer cambiar las condiciones del parto, y por esa misma razón yo he visitado Dakota del Norte."

  15. Gracias Paloma tanto por la carta que transcribes como por estas respuestas tuyas aquí en los comentarios. El parto en casa es increible, una experiencia maravillosa, pero me parece tremendamente injusto que lleguemos a el tantas mujeres porque en los hospitales se nos impide ser protagonistas; por que somos manipuladas y muchas veces degradadas como personas. También por ser concientes que el trato por mas ameno que sea es invasivo, personas desconocidas nos rodean y tantas veces aquellas que amamos estan lejos por protocolo.
    Es una gran decisión, pero a no olvidar que los riesgos como ya dije alguna vez, estan tanto en los hospitales como en el hogar, aunque son distintos.
    Hermosa la carta de la matrona, además de acertada.
    Besos Paloma!

  16. Muchas gracias por tu testimonio y por la preciosa carta. Yo me plantearía un parto en casa pero no he conseguido convencer a mi pareja ni siquiera de que no le hagan al bebé una serie de pruebas protocolizadas innecesarias, así que todavía me queda mucho por hablar y negociar, pero tengo tiempo (estoy de 14 semanas)para seguir informándome y encontrar más argumentos que le convenzan. Mientras tanto, los testimonios que leo cada día me afianzan más en la indefensión de una mujer en un paritorio y en cómo su voluntad se la pasan por el arco de….
    en fin, de momento al menos he convencido a mi pareja de que luche y que, si alguien intenta una episiotomía prepare los puños para quitarle la idea de la cabeza.

    Gracias por tu tiempo y generosidad al compartir tu experiencia y la información.
    Un abrazo,
    María

  17. María tienes muchoooo tiempo por delante todavía y efectivamente es cuestión de informarse para que los miedos desaparezcan. Mis cuatro hijos mayores han nacido en casa y han sido paros maravillosos, el pequeñín tuvo que nacer en un hospital y aunque me respetaron "casi" todo, no es lo mismo….
    Merece la pena intentarlo, si quieres que te pase bibliografia o cualquier otra cosa te dejo mi correo:
    nazcaurpi@hotmail.com

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