Yo tenía un amigo…

Cuando era pequeña, mi casa siempre estaba por las tardes, llena de niños que venían a jugar… porque a mi madre no le gustaba que estuviésemos en la calle y además nos permitía bastante libertad para jugar alborotando, que es como les gusta jugar a los niños.
Yo debía tener como seis años o quizá siete y de todos los vecinitos que venían con frecuencia, yo tenía un amigo que era especial, era mi amigo y ya está…por lo que siempre esperaba ansiosa su llegada. Se llamaba Santi y tenía un hermano practicamente de la misma edad y claro venían juntos. Un día Santi no vino a jugar y lógicamente yo pregunté por él, recuerdo que mi madre me contó nerviosa una rara historia (que no me creí) y me dijo muy seria que nunca preguntase por Santi delante de su hermano. Como era una niña muy “buena” y “obediente” jamás volví a preguntar por mi amigo en presencia de su hermano, pero a mi madre la estuve martirizando con la preguntita, durante muchoooooo tiempooooo. Yo notaba que una cuestión tan sencilla y de fácil respuesta: ¿Por qué no viene a jugar Santi conmigo? siempre perturbaba a mis padres y por otro lado yo tenía que saber, necesitaba saber…
Siempre me decían con mucho cariño, que tenía muchos amigos y además estaba su hermano…Esos razonamientos que me recuerdan, cuando ahora me dice la gente:
-“No llores, no estés triste…si tienes cuatro hijos maravillosos”…
– Ya, ya lo se…pero el pequeñito no está ….(¡¡y no comprenden!!)

“Todas las tardes al salir de la escuela los niños iban a jugar con el Gigante. Pero al más chiquito, a ese que el Gigante más quería, no lo volvieron a ver nunca más. El Gigante era muy bueno con todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y muy a menudo se acordaba de él.
-¡Cómo me gustaría volverlo a ver! -repetía.”

No se el tiempo que pasó, pero recuerdo como si fuera ayer, que una tarde después de comer, cuando bajaba con mi madre para volver al cole, el suelo del portal de mi casa estaba lleno de flores y yo me lancé a cogerlas. Entonces mi madre histérica exclamó: “No las toques”.
Me lo dijo de esa manera, que hasta una niña de seis años, sabe que lo mejor es dejar las cosas como están, “acatar ordenes”, callar y no hacer preguntas.
Por otro lado no podía evitar pensar que mi  madre debía estar perdiendo la razón, ¡¡no me dejaba tocar preciosas flores naturales!!….
Pasaron los años y aunque ya había perdido “casi” toda esperanza de ver a mi amigo, yo seguía pensando en él y además ¿dónde estaba? ¿se lo había tragado la tierra? y a nadie más parecía importarle…la vida seguía igual. Y claro hay cosas que no se pueden ocultar toda una vida y terminé enterándome del misterio….

Además del tonto engaño, del insoportable dolor y la pena, sentí el no haberme podido despedir de él, no haber jugado con él cuando estaba en el hospital, no haberle llorado entonces…tantas cosas.

¡¡Es tan absurdo!! y claro que mis padres lo hicieron con la mejor intención: que la niña no sufra, que no llore, que  no se entere tan pequeñita de que existen la enfermedad, el dolor, la muerte…
Por muy preparado que estés, la muerte de tus seres queridos siempre te va a doler, aunque creas firmemente que se trata de una despedida ¿No lloró Jesús la muerte de su amigo Lázaro? pero que duda cabe, que si se vive como lo que es: algo natural, cuando llega el momento de despedir a un ser querido al menos no te sientes tan sumamente solo, tan perdido, desorientado, pensando que te estás volviendo loca porque no puedes dormir ni dejar de pensar y de llorar.
Y esta historia que siempre he llevado dentro y en ocasiones he compartido con alguien íntimo, hoy ha aflorado de una manera especial por un comentario que ha dejado Eva en este post (por favor leed el comentario, es lo mejor de lo que se ha publicado hasta ahora en este blog).
Y ya aprovecho para presentaros a Eva y Jose que son los papás de dos niños. El pequeño Guzmán de tres años tiene leucemia, por lo que están viviendo una experiencia muy dura y tienen un blog maravilloso en el que escribe Jose siempre rebosante de amor, alegría, esperanza, fe y muchas cosas más. Se que la procesión va por dentro, que en los momentos difíciles de la vida brotan unas fuerzas que no conocías, que tienen muchas personas detrás apoyándoles con su oración, con sus energías positivas, pero son admirables…y ya está.

Hola

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7 comentarios en «Yo tenía un amigo…»

  1. Cuanta razón Paloma. Nos empeñamos en negar la muerte y en ocultarsela a nuestros hijos para que no sufran y el engaño es a veces mucho peor. Y qué duro que te digan que no estés triste porque tienes 4 hijos maravillsos, pues claro que lo son y debes alegrarte por ello pero eso no quita que estés triste por tu pequeño Kai. Lamento que no te sientas comprendida Paloma, pero aquí en la red somos muchas las que te entendemos y te acompañamos. Un beso preciosa

  2. A mi me dicen la otra frase clásica, que soy joven y que ya tendré hijos. "Ya tendrás hijos" ni siquiera me dicen "ya tendrás otros hijos" Porque Ludmila para todos no existe, lo que no nace no existe para muchor.

    Que gran pena que nos quieran tapar nuestro dolor. Poer sabes que acá en tu rinconcito podés hablar mil y un veces de Kai y nosotras te comprenderemos.

    Muy emotivo post…muy. Y el Blog de Guzmán lo conocí este año y me ha encantado, ese niño es un campeón!

    Un abrazo mami.

  3. Hoy mi madre me decía que por qué Gael tiene que estar al tanto de la muerte de su hermana. Gael pregunta y nosotros contestamos la verdad.
    Gael acaba de cumplir 4 años así que al rato vuelve a preguntar porque todavía no entiende que es la muerte.
    Mi mamá cree que hay que evitarle el dolor…
    Entonces que hago?
    Una prórroga para dentro de 5 ó 6 años?
    A Gael se le murió su hermana. Ni siquiera tuvimos tiempo de prepararlo. Se murió de golpe y él no volvió a verla más.
    Gael se merece que le digamos la verdad aunque tenga 4 años, aunque las respuestas no sean las que él espera escuchar.
    No queremos mentirle.
    No vamos a mentirle, aunque eso suponga verlo llorar de tristeza.
    Eso sí, nosotros estaremos a su lado.
    Un beso enorme Paloma, y otro al azul.

  4. Hola Paloma, como estas? Tienes toda la razón en lo que dices. A mi esto es una de las cosas que más rabia me da. Ceci, a mi también me decían lo mismo al principio,"eres joven, ya tendrás más hijos" y yo pensaba, pero es que ya he tenido uno y nadie lo podrá sustituir.
    Puedo contar con los dedos de una mano la gente con la que puedo hablar sinceramente de mi hijo, y me siento tan bien cuando lo hago… aunque ocurre muy pocas veces.
    Os mando un abrazo muy fuerte y mucho ánimo a todas!

  5. Yasmin muchas gracias. ¿Cómo está tu pequeñín? ¿Sabes que nació el día que tenía que haber nacido Kai? Qué misterios tiene la vida…
    Un fuerte abrazo.

    Ceci qué duro escuchar: ¡¡Ya tendrás hijos!! Para muchas personas tener cuatro hijos ya es un exceso y tengo la sensación de que para muchas este quinto ya "sobraba", por eso me dicen que tengo cuatro ¿qué más quiero? Pero también ha habido unos cuantos que me han dicho: A ver el próximo…Un fuerte abrazo Ceci.

    Laura entiendo un poco de lo que hablas pues yo tuve que preparar, sobre todo a los tres mayores durante el embarazo a que podía suceder ¡¡lo peor!! Se me partía el alma, cuando murió Kai, ver llorar a mis hijos porque querían estar con él. Acompañar a tus hijos en el dolor es terrible. Yo me abrazaba a ellos y llorábamos juntos y les hablaba y les daba fuerzas (las que yo no tenía..)
    Ahora Kai siempre está presente, ellos ya se están quedando con lo bueno, con que tienen un hermano que está feliz, que cuida de nosotros, que algún estaremos todos juntos para siempre. Pero mis hijos no llegaron a conocerlo, pobre Gael…
    Un abrazo Laura.

    Georgina me imagino que tiene que sentar fatal, porque además aunque tuvieses 16 hijos nunca olvidarias a tu bebé…Muchas veces la gente no sabe que decir, como dicen nuestros maridos no es maldad, quieren ayudar, quitar importancia, que no recuerdes.
    Un abrazo también para ti.

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