Desde que empecé a hacer homeschooling hay una pregunta que me plantean una y otra vez personas que están realmente interesadas, o sea que no es cotilleo ni crítica ni nada:
¿Pero cómo lo haces? ¿Cómo te organizas? ¿Te levantas y …? ¿Cómo es tu día a día?
Recuerdo a una mamá de familia numerosa con sus hijos escolarizados, ella maestra y muy descontenta con el sistema escolar. Había leído mi libro Pequeños pasos y un día tuvimos la oportunidad de charlar un rato (dando un paseo, cómo hacíamos antes los seres humanos) y me decía que no era capaz de imaginarse cómo era un día normal en mi familia.
También me han preguntado en varias ocasiones ¡¡¡si podrían estar presentes mientras yo “daba las clases”!!! para hacerse una idea de cómo lo hacía.
Ahora todas las familias del mundo estáis durante las veinticuatro horas del día con vuestros hijos. Imaginaos que se os preguntara ¿cómo os organizáis cada jornada? ¿qué hacéis? Seguro que habría tantas respuestas como familias hay en el mundo, porque depende de las circunstancias de cada una. Depende del número de hijos, de si los padres tienen que teletrabajar o no, de su nivel socioeconómico, de la preparación de los padres, de su creatividad, de si viven en una casa en el campo, en un palacio, en una chabola o en un piso en una gran ciudad, de si los niños tienen que hacer interminables tareas online o van a una escuela libre que les permite libertad….
Y todas y cada una de las familias y según sus circunstancias únicas, se organizan como pueden y como mejor saben.
El alma del homeschooling es la libertad, por ello cuándo te preguntes: ¿Cómo se organizarán las familias homeschoolers? Imagina lo que harías si pudieras ser libre (en lo que respecta al ámbito de la educación y crianza de tus hijos), en tu día a día. Que los niños no tuvieran que cumplir con ningún currículo impuesto por el Estado, ni tuvieran que seguir horario alguno, ni tuvieran que dedicar X horas al día para lo académico, ni hacer exámenes, ni pasar curso…
¿Qué harías?
Hace un tiempo empecé a escribir lo que hacía cada jornada desde que me levantaba (por supuesto sólo en lo referente a la educación y crianza de mis hijos), intentando ser lo más fiel posible a la verdad, intentando no fingir, ni adornar una vida bastante sencilla como la nuestra…Y escribí durante algunos meses pensando en todas aquellas personas que siempre me hacían esa pregunta pero no con la intención de ponerme de modelo y decir: ¡¡¡Mirad, esto es lo que hay que hacer!!!
Nooooo, porque entonces ya no sería homeschooling, perdería toda su esencia, nadie puede ser aquello para lo que no está llamado, todos somos únicos, todos tenemos nuestro carisma, una vocación, un camino que nadie antes de nosotros ha recorrido, nuestro puesto de combate…
Lo escribí con la intención de demostrar que cualquiera puede hacerlo, que no es nada extraordinario, algo sólo al alcance de una élite, algo para personas “especiales”, niños “especiales”, padres “especiales”. Noooooo las familias que educamos en casa no somos “especiales”, ni tenemos nada diferente al resto de los mortales.
Lo escribí para contaros como es mi vida, bueno como era en ese momento, porque ahora ya no es igual y para animar a todas esas personas que no se sienten suficientemente preparadas y que comprendan que lo único que necesitan es el deseo de hacerlo. Si quieren encontrarán el modo de llevarlo a cabo y si no lo encuentran seguramente es que tienen unas circunstancias muy complicadas o que en realidad no lo quieren hacer.
Nada es imposible si pensáis que no lo es.
También me han pedido muchas veces que escriba un manual de homeschooling. Eso sería como pedirle a un peral que diera manzanas. No puedo hacerlo, ni yo ni nadie. Sería arruinar lo genuino de esta opción educativa, lo mejor que tiene.
Hay quién cree que somos animadores como los de las fiestas infantiles y estamos todo el día con los niños de aquí para allá con actividades a cada cual más divertida y formativa.
Pero que noooo, que eso no lo aguanta nadie, que no es natural, ni conveniente, que los niños se ocupan muy pronto de ellos mismos y no necesitan que estemos todo el día encima de ellos. A lo mejor un niño que ha estado escolarizado desde que nació no sabe qué hacer cuando no hay nadie dirigiéndole, pero tranquilos…probablemente al principio se aburren pero enseguida aprenderán a gestionar su tiempo de la mejor manera imaginable.
Pero que noooo, que eso no lo aguanta nadie, que no es natural, ni conveniente, que los niños se ocupan muy pronto de ellos mismos y no necesitan que estemos todo el día encima de ellos. A lo mejor un niño que ha estado escolarizado desde que nació no sabe qué hacer cuando no hay nadie dirigiéndole, pero tranquilos…probablemente al principio se aburren pero enseguida aprenderán a gestionar su tiempo de la mejor manera imaginable.
Por eso nadie nos puede decir, ni deberíamos permitir que lo hicieran cómo hemos de organizar nuestro día a día. Lo que a mí me sirve y me va genial, a lo mejor no le sirve a ningún otro ser sobre la faz de la tierra, pero lo que sí es cierto es que la vida de otras personas te puede inspirar. Esta palabra últimamente está muy utilizada pero no encuentro ninguna más precisa ahora mismo.
Pues eso es lo que pretendía al escribir los Boletines de Paideia en familia. Haceros pasar un buen rato (dicen que enganchan ja,ja,ja), que conozcáis la cotidianeidad de una familia que siempre ha educado en casa, que conozcáis a otras familias muy diferentes a la nuestra que también hacen homeschooling y compartir mis reflexiones sobre educación, crianza, familia, lecturas, libros, recursos educativos…
Y si con estos boletines puedo poner mi granito de arena para que algún niño y alguna familia puedan ser un poco más libres ya me doy por satisfecha.
“La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”
Capítulo LVIII Don Quijote de la Mancha
Si pudieras ser libre, al principio te quedarías bloqueada y sin saber qué hacer, de lo acostumbradas que estamos a que nos digan otros qué hacer y cómo hacerlo.
Creo que es por eso que en los incios del homeschool tenemos esa necesidad de seguir el progrma escolar (con horarios, libros y materias tipo colegio)o bien imitar la forma de funcionar de otras familias. Parece que buscamos ese respaldo de "hacerlo como lo hacen otros".
Y es que a veces la libertad da vértigo, cuando has tenido pocas oportunidades de disfrutarla.
Pero cuando te abres a ella, te dejas llevar y eres consciente de las posibilidades que se abren ante ti… es una maravilla.
Por cierto, si te animas a hacer un día de puertas abiertas en tu casa ¡me apunto! jejeje
Un abrazo.
Qué increíble eso que dice Maribel… cómo puede ser posible que haciendo HS nos sobre libertad?!!! Pero, pasa!!! Muchas gracias! Me ayuda a valorar las riquezas de ese tesoro que he descubierto.
Gracias a ti por comentar. Realmente el homeschooling es un tesoro.