Cómo me imagino que ya sabréis porque lo he anunciado por tierra, mar y aire, desde primeros de año estoy escribiendo mucho en una nueva plataforma.
Estoy super, super contenta porque, aunque me está costando mucho esfuerzo retomar la escritura me siento feliz.
Sobre todo, estoy alucinando porque era consciente de los estragos que causan las redes sociales, pero ahora lo he constatado en mi propia piel.
Durante muchos años escribí en este blog día sí, día no y no me suponía el esfuerzo que me supone el escribir ahora y es porque realmente las redes te roban la atención, la capacidad de estar centrado en una tarea un tiempo sin distracciones y también el hecho de escribir algo que vaya más allá de la ocurrencia o chorrada de turno o la imagen con cuatro emoticonos.
Durante el fin de semana se me ocurrió comprobar todo lo que había publicado en este mes y me sorprendió la cantidad y me sentí bastante orgullosa de un trabajo, por supuesto mejorable, pero que tiene su enjundia. En cambio, he estado años trabajando lo mismo o más en Instagram, y la sensación general de tanto tiempo es de: cansancio, pérdida de tiempo y poco más. Es cierto que he conocido a un montón de gente majísima, he pasado buenos ratos, pero el precio que hay que pagar me parece excesivo…
Me puse de reto escribir durante todo este año en Substack, dejar de lado las redes y de momento transcurrido el primer mes me siento genial porque he leído y escrito mucho más y espero que eso repercuta en todos mis lectores para bien.
Os dejo un PDF, por si no lo habéis visto, con un resumen de todas las publicaciones. Si pincháis en las imágenes (que hace mi segundo cachorro), o en los títulos os lleva a las publicaciones (hay algunas totalmente gratuitas y otras en las que podéis leer un poco). Espero que os guste.