Cuando todo parece cansado, saca de los viejos troncos brotes nuevos.
Cuando todo parece confuso, saca de las confusiones claridades y verdad.
Dios nos sorprende dándonos futuro.
Dios es sembrador de amor en nuestro surco.
Con su novedad, nunca agotada, rompe una y otra vez, la corteza de la monotonía.
Dios llena el tiempo de posibilidades.
Frente a caminos repetidos, nos propone caminos nuevos.
Dios desborda nuestras preguntas con su proyecto de vida.
Sale a nuestro encuentro como un sembrador esperanzado.
Invita a estrenar una nueva manera de vivir.
Nunca se agota el agua de su fuente.
Dios siempre habla bien de nosotros y nosotras.
Cuando nos ponemos en menos de lo que somos, El levanta nuestra dignidad.
Dios nos propone, no impone, su amor.
Sabe esperar pacientemente nuestra respuesta.