Si la filosofía surgió del asombro, hemos de reconocer que los niños son los grandes filósofos. Además que es difícil para nosotros, los adultos, conseguir ponernos a su nivel ya que para ellos no supone ningún esfuerzo tener un espíritu abierto, una natural curiosidad ante todo, una valentía sin prejuicios, y ante todo la capacidad de asombro ante la existencia.
Matthew Lipman es el padre del movimiento “Filosofía para niños”, cuyo objetivo es fomentar e inducir la discusión filosófica. Hay ya muchos materiales para empezar a trabajar disponibles en Internet, aunque yo creo que a diario nuestros hijos nos plantean cientos de preguntas filosóficas. Nosotros sólo tenemos que hacer la labor de intermediarios y hermenéuticos entre los grandes sistemas filosóficos y nuestros pequeños. Así lograremos que los niños sean capaces de argumentar coherentemente y conozcan las aportaciones de los grandes pensadores.
Esto es sólo una pincelada de todo lo que se puede hablar de este tema. Más adelante seguiré ampliando. Hay clásicos como “El principito” o “Juan Salvador Gaviota” con los que se puede empezar a trabajar. Para niños más pequeños los libros de “AMI” de Enrique Barrios son formidables. (niños de más de seis años). Y para los más chiquitos yo recomendaría la espontaneidad e intentar dar respuesta a sus grandes preguntas.
Este es un enlace interesante que os puede dar alguna pista y donde hay también la posibilidad de descargarse documentos.
Termino con una cita de Lipman, que nos puede ayudar a situar su pensamiento:
“Si analizamos el sistema educativo actual es fácil predecir que sus imperfecciones son más responsables que lo que hemos estado dispuestos a admitir de las graves condiciones en las que se encuentra el mundo. Si nos quejamos de que nuestros líderes y el electorado se ocupan sólo de sí mismos y de que son incultos, debemos recordar que son fruto de nuestro sistema educativo. Si alegamos, como factor atenuante, que también son fruto de sus casas y sus familias, hay que recordar que los insensatos padres y abuelos de esas familias son igualmente resultado del mismo proceso educativo. Como educadores tenemos una grave responsabilidad en la insensatez de la población mundial”
No se me había ocurrido lo de la filosofía para niños, quizás porque tengo aún el trauma de la que nos ¿enseñaron? en el instituto. Claro que los primeros filósofos lo que hacían era plantearse el mundo a través de la filosofía, como los niños.
Por otro lado, algún día habrá que cortar esa cadena educativa que pasa de padres a hijos desde hace generaciones, y que es responsable de que tengamos el mundo como lo tenemos. Si se pensara en el mundo en global, uno establecería una conexión entre los que vinieron antes que él, los antepasados y los que vendrán después, los descendientes. De esta forma nos preocuparíamos más por la trascendencia de los actos cotidianos, entre ellos por la educación, la base de nuestra vida en sociedad. Así quizás aún no se habría degradado tanto el planeta y no se habrían esquilmado los recursos, ni extinguido tantas especies, etc.
(Vaya rollo he soltado, ahora que lo miro) Un beso.
Es que estás de un filosófico, ja,ja…Un beso..