
«Típico de la mentalidad hebrea que encontramos en la Biblia es la capacidad para ver a Dios actuando en cada una de las cosas. Mientras nosotros nos quedamos exclusivamente en las causas segundas, los hebreos se situaban exclusivamente en la Causa Primera. ¿Habían sido derrotados sus ejércitos? Dios los había derrotado, no la impericia de los generales. ¿Llovía? Dios hacía caer la lluvia. ¿Eran destruidas sus cosechas por las langostas? Dios enviaba las langostas.
Es cierto que su visión de la realidad era parcial. Parecían ignorar por completo las causas segundas. También la visión del mundo que tenemos en nuestros días es igualmente imperfecta y parcial ya que parecemos ignorar por completo la Causa Primera. ¿Ha desaparecido tu jaqueca? Los hebreos dirían: «Dios te ha curado» Nosotros decimos: «¡Deja a Dios en paz! Te ha curado la aspirina» En realidad, Dios te ha curado por medio de la aspirina. Es una lástima: estamos rodeados de bienes de todo tipo pero hemos perdido el sentido del Infinito actuando dentro de nosotros….»