“Las donaciones de leche para el biberón en casos de catástrofe (guerra, terremoto, inundación…) son sumamente peligrosas. En realidad no son donaciones, sino muestras gratuitas: es el medio por el que las empresas lácteas compiten para hacerse con nuevos mercados. Si estás atenta a las noticias, muchas veces habrás oído cómo ha salido un avión cargado de leche… raramente oirás de un avión cargado de macarrones o lentejas. Porque las empresas que venden macarrones o lentejas, fuera de que alguna en concreto tenga un director especialmente generoso o solidario, no tienen un interés comercial en hacer una donación. Mientras el país en cuestión esté en ruinas, no pagarán por la comida; cuando superen la catástrofe, se comerán sus propias lentejas cultivadas en su país, o sus propios macarrones fabricados por empresas locales. En cambio, si en un país del tercer mundo consigues cargarte la lactancia, consigues que millones de madres abandonen la lactancia y millones de médicos y enfermeras aprendan las ventajas del biberón, que sin duda es buenísimo porque la asociación X nos lo regalaba para ayudarnos, luego tendrás un mercado cautivo que valdrá millones, porque esa leche no se fabrica en el país y la tendrán que importar, y acostumbrados a la marca Z probablemente seguirán comprando la marca Z. Hace años pidieron que los donativos fueran con una etiqueta blanca, “leche para bebés”, sin marca, y los fabricantes, claro, no quisieron. Además, muchas veces la empresa fabricante se ahorra el transporte: se limita a entregarle las muestras gratuitas a una ONG (por suerte las ONG serias ya no las aceptan, pero a veces encuentras a un primo), o a un gobierno, y estos pagan los portes. Y el mercado de la lactancia, no nos engañemos, está en el tercer mundo. En España sólo nacen menos de 500.000 niños al año; en Indonesia más de 5 millones, en la India más de 25 millones… Son muchos más clientes, aunque algunos se mueran por el camino, aunque sólo se compren una lata de leche por semana y la diluyan para que dure…
Hace unos años, acababa de terminar la guerra de Sarajevo, conocí a un pediatra bosnio en un congreso. Había pasado hambre, estaba delgadísimo, y en las comidas recogía hasta la más minúscula miga de pan que cayera en el mantel y se la comía. Nos explicó como al principio de la guerra la mortalidad infantil aumentó espectacularmente, porque fueron inundados con muestras gratuitas. Claro, no todos los profesionales tienen buena formación sobre lactancia, igual que pasa aquí. Muchos empezaron a recomendar “ayuditas”, pensaban que las madres, “estresadas” por la guerra, no tendrían leche, o que al quitarle a una madre mal alimentada la pesada “carga” de tener que dar el pecho le hacías un favor. Sin agua potable ni gas para hervirla (lo mismo que ocurre ahora en Gaza), cuando las explosiones destruyen las alcantarillas y la mierda inunda las plantas bajas… la mortalidad fue enorme. Tuvieron que ser los pediatras más concienciados los que fueran a quejarse a UNICEF, que convocó una reunión de todas las ONG sobre el terreno, acordaron no distribuir más donaciones, realizaron cursos para el personal… en pocos meses, mientras la guerra continuaba, habían conseguido tasas de lactancia materna más altas y una mortalidad infantil más baja que antes de la guerra.
Por supuesto algunos niños necesitan leche artificial en las guerras; pero para esos pocos ya se consigue leche sin necesidad de espectaculares cargamentos de muestras. Y esos niños, en esas condiciones, tienen un riesgo de muerte tan alto que ya no vale aquello de “la madre es libre para decidir, y si ha elegido la lactancia artificial…”.En esas condiciones hay que hacer todo lo posible para que la madre relacte, aunque lleve meses sin dar el pecho, o para encontrar una nodriza. Y tristemente eso no es muy difícil, porque los bebés son más frágiles que los adultos: en cualquier catástrofe hay más madres sin bebé que bebés sin madre.”
Saludos
Carlos González
querida , ¿ puedo copiar el tu post y colocarlo en blog ? está realmente bueno.
Besos
Claro.
Increíble. Sabía de las campañas de ciertas marcas de leche para bebés en los países del tercer mundo, con intención de captar clientes. También sabía de la mortandad infantil que habían provocado en el pasado. Sin embargo, jamás me habría atrevido a pensar que tuvieran la desfachatez de aprovecharse de las catástrofes para aumentar su clientela. Son siniestros. Y los pediatras recomendando "ayuditas", si es que….
Yo también quiero ponerlo en mi blog.
ay , Por Dios!!! somos el tercer mundo …..¿ por qué será? no entiendo porque aca cuesta tanto progresar .
está muy bien, ¿pero y si esas criaturas han perdido a su madre en la catastrofe? ¿qué hacen? Buscar otra madre que esté dando pecho podría ser la solución pero complicada también
Maite aquí hay información sobre alimentación infantil en casos de emergencias:
http://www.ibfan.org/spanish/activities/emergencies/ife01-es.html
Es siniestro, pero no sé hasta qué punto será realmente así, en una ciudad que disponía de 50 orfanatos y con el nivel de caos que tiene, buscar madres lactantes para los bebés huérfanos no me parece nada fácil, sin contar con cuantas madres habrán perdido la leche por el shock y tantos días sin comer ni beber, que hasta que esa leche se recupere y alimente… Me crea un conflicto moral, la verdad, pensar que con nuestro bienhacer (en ambos casos, sea en el de aportar donaciones de leche de fórmula sea el de promulgar que no se haga) podemos hacer mal.
Marya no se que decirte, yo copié el texto porque Carlos González es una persona muy seria y un gran experto en lactancia materna. Tal vez mirando en la página que le recomendaba a Maite: http://www.ibfan.org/spanish/activities/emergencies/ife01-es.html
Siento no poder ser de mas ayuda…
La única razón que se me ocurre es que se intente dar a niños (o adultos) que ya no son lactantes y han generado una intolerancia a la lactosa con peligro grave de deshidratación por diarreas
Un abrazo
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