“No creáis que las hojas muertas caen de repente, como los frutos maduros, o sin hacer ruido, como las flores marchitas. Las hojas de los alisos, al borde del arroyo, se desprenden a mediodía, pero sostenidas por las hojas que todavía están vivas, por los nidos abandonados que ya no pueden darles calor, llegan a tierra muy poco antes de que el sol caiga también a su vez….
Y hay hojas que caen de noche, rozando una rama, deteniéndose inquietas, volviendo a caer y que, por miedo a que el ruido de su caída despierte al árbol, hacen más ruido todavía.
Sólo las hojas del álamo caen todas juntas, en masa, perdido ya su brillo de plata; pero incluso ellas, ese día, se desprenden y descienden lentamente.” Jean Giraudoux
Este es el aspecto otoñal de los árboles de Gabriel, Micael y Salvador. Al nacer cada niño, enterramos su placenta y encima plantamos un árbol. Hoy releía a Laura Gutman: “Pocas mujeres tienen la dicha de ver, oler, tocar y despedirse de la placenta, que materializa la sombra del niño que han dado a luz. Como siempre, preferimos obviar la sombra, hacer como si no existiera. Sin embargo, nuestro hijo se alimentó de ella y, producido el nacimiento, nos falta el ritual de despedida de la placenta, que muere para que nuestro hijo pueda vivir. ¿Cuántas mujeres han visto al menos su propia placenta?….” Aquí en estas fotos aparece la placenta de Micael y los tres “chicos” porteando su árbol….
Sencillamente Me EN CAN TÓ!!!
Un abrazo!
mil gracias Paloma por compartir estas cosas tan bonitas,si bien es cierto que yo no lo he podido hacer por varias razones,me alegra muchisimo lo que estan viviendo los tres mosqueteros,ver crecer sus arboles y saber que en la tierra està la “bolsita” que los alimentò y cuidò durante nueve meeses,se me pone la piel de gallina,ya sabes estas hormonas me tienen muy sensiblera jajja
besos
!Son tremendas estas hormonas!
!Nos tienen locas! Un beso.
Sé que es una entrada vieja, pero yo sigo descubriendo cosas en tu blog, jeje
curiosamente cuando nacieron mis bebés y salió la placenta tuve el impulso o necesidad de verla, quería saber cómo era eso que dice Malvina, la bolsita que los cuido dentro mío.
Es alucinante tu bosque, que cosa más bonita.
Un beso