“Al nacer, cada niño lleva a Dios adentro, pero nuestros esfuerzos por moldearlo hacen que convirtamos a Dios en un demonio.
Si ves a un niño verás el egoísmo en forma pura. Sólo es capaz de pensar en sí mismo, pero es natural que así sea. El egoísmo del niño es cosa divina, pues necesita toda su energía concentrada dentro de él.
Nosotros intentamos cambiarlo y estropeamos los planes de Dios. Estropeamos su espontaneidad introduciendo en él los miedos. El miedo hace al niño mentir y amoldarse para no perder la aprobación de los padres. Deja al niño ser todo lo egoísta que quiera. El niño sólo piensa en darse placer a sí mismo y, poco a poco, va descubriendo el exterior y, con él, el placer refinado de extender su placer a los otros. Si su capacidad de recibir y de autoalimentarse de amor ha sido satisfecha, estará dispuesto para abrirse al exterior y comenzar a compartir. Su creatividad se muestra destrozando todo por curiosidad. Les gusta el movimiento y el ruido.
El conflicto entra porque no coincide lo que le gusta al niño con lo que le gusta a los padres. El niño tiene que crecer, poco a poco, descubriendo las cosas por si mismo y a su tiempo. El niño ha de hartarse primero a chocolate antes de ofrecerlo. Si te empeñas en que lo comparta con su hermanito, odiará al hermanito……
El niño es otra víctima de la violencia cultural. La cultura dice: “Hay que reformar al niño”, con lo que se da por supuesto que el niño es malo. De ahí nace la consigna de que hay que prepararlo para la vida (¿qué vida?) y entonces se le domestica imponiéndole una programación a base de reglas de conducta.
El niño nace con toda su capacidad despierta para agarrarse a la vida, pues la vida es, precisamente, la única maestra que no se equivoca y lo educa en libertad….”
Anthony de Mello (Apuntes tomados por Mª Paz Mariño en uno de los últimos cursos que dio el autor en Barcelona)
Hola Paloma! como estan?
Me encantó este articulo… en lo personal, podria aportar que lo que aqui dice lo pude comprobar con los mios, mis hijos… Al principio son asi, egoistas y una debe defenderlos de los demas que los tratan de mal educados o caprichosos 🙁 Al principio con Eli me daba un poco de verguenza porque la presion externa era muy fuerte, en ese entonces no tenia ciertas cosas presentes que me dieran seguridad o me ayudaran a ver las cosas de otra manera… de todos modos, lo bueno era que no saliamos taaanto 🙂
Cuando llegó a los tres años mas omenos de un dia para otro empezó a compartir de buena gana 🙂
Con Eze (2años y medio) ya lo tomé distinto, lo vi como una etapa a atravesar, y en eso estamos… ya queda poco para que sea aceptado socialmente! jajajajajaja Lo que si con eze me relaje muchisimo mas y nada de insistirle con modos de comportarse ni esas cosas, se que lo aprenden del ejemplo principalmente y que le va a nacer en algun momento, como dice el articulo: Si su capacidad de recibir y de autoalimentarse de amor ha sido satisfecha, estará dispuesto para abrirse al exterior y comenzar a compartir.
Un placer como siempre pasar por aca… como estan los principitos? Besos!!!
Cuánta verdad en este artículo!!!
Gracias por escribirlo!!
🙂
Cuando mi mayor era muy pequeño, yo creía que como buena madre debía llevarlo al parque para que se relacionase. Lo peor eran las madres y los padres y lo peor de lo peor era oír cada tarde mil veces la frase: “Hay que aprender a compartir” Oh!!! Y yo me pregunto: ¿Y que compartimos nosotros? Yo creo en un mundo mejor, en el amor, la solidaridad, pero estoy absolutamente convencida de lo que dice Romano Guardini: “La más fuerte de las influencias que ejerce el educador no procede de lo que dice, sino de lo que es y hace. Esto último es lo que crea la atmósfera, y el niño,….absorbe todo atmosféricamente. …Lo que más influye es la forma de ser del educador; lo segundo, lo que hace, y sólo en tercer lugar lo que dice.”
Rudolf Steiner habla de la “autoeducación” de la persona que está siempre con los niños.
Laura Gutman nos invita a preguntarnos ¿qué nos sucede a nosotros? en vez de ¿qué le pasará a este niño?
Etc..etc..es todo lo mismo.
Tu hija empezó pronto a compartir, pues los míos mucho más mayores y a veces….ejem…Con el segundo te relajas mas en todo, es una gozada, ya verás con tu tercero..se criará fenomenal. Yo siempre digo que cada embarazo, cada parto, cada lactancia, cada hijo lo disfruto mucho más…a pesar de las limitaciones de tener mas cachorrillos.
Corto ya, muchas gracias por la visita y los comentarios. Besos.
Gracias, me encantó la respuesta 🙂 Un placer!