Imagino que lo que voy a contar les sucederá a todas las familias que educan en casa y a las que no educan en casa también, pues es la vida misma. Hay épocas maravillosas, creativas, en los que cada día los niños te sorprenden con un nuevo conocimiento…de esos que se ven, se tocan, están ahí…Rachas en las que la convivencia resulta muy muy agradable, hay armonía, las discrepancias se resuelven amorosamente etc.. Es como cuando te enamoras y estás todo el día en una nube.
Pero luego hay otras….. que se hacen larguísimas y podríamos llamar de “crisis” o simplemente de transición , en las que los niños no muestran interés por ningún material de los que les has preparado, parece que no aprenden nada, se pasan el día jugando a juegos super infantiles. Y aunque sepas y comprendas que los niños aprenden jugando, que necesitan sus tiempos de “no hacer nada”, que aprenderán todo lo que tengan que aprender para desenvolverse en el mundo, que están dando respuesta a sus necesidades más auténticas, que están constantemente aprendiendo aunque parezca que están perdiendo el tiempo, tengo tan marcados dentro de mi, los tiempos que impone la escuela, sus ritmos, el “qué” hay que aprender, el “cuando” y el “como” que siento me va a llevar toda la vida liberarme de ellos.
Pero luego hay otras….. que se hacen larguísimas y podríamos llamar de “crisis” o simplemente de transición , en las que los niños no muestran interés por ningún material de los que les has preparado, parece que no aprenden nada, se pasan el día jugando a juegos super infantiles. Y aunque sepas y comprendas que los niños aprenden jugando, que necesitan sus tiempos de “no hacer nada”, que aprenderán todo lo que tengan que aprender para desenvolverse en el mundo, que están dando respuesta a sus necesidades más auténticas, que están constantemente aprendiendo aunque parezca que están perdiendo el tiempo, tengo tan marcados dentro de mi, los tiempos que impone la escuela, sus ritmos, el “qué” hay que aprender, el “cuando” y el “como” que siento me va a llevar toda la vida liberarme de ellos.
Cuando eran bebitos me era muy sencillo confiar en su sabiduría…. en que ellos sabrían cuando y cuanto necesitaban comer, sabía cuando tenía que mecerlos o simplemente cuando acompañarles en su llanto pues necesitaban llorar, siempre confié en la sabiduría de sus cuerpecitos que eran capaces de autorregularse…Pero es que es muy sencillo confiar cuando todo sale como tiene que salir o más bien como todos esperan o esperamos que salga. Le das al bebé tu leche, tu calor,tus brazos y crece y engorda y no se enferma.Y todos tan contentos, y tu autoestima por las nubes, entonces da igual lo que diga el pediatra, la suegra o la vecina ….pero ahora van creciendo y me cuesta infinitamente más confiar en su proceso de aprendizaje, y cometo una y otra vez los errores del cole e intervengo y me pongo nerviosa y me siento frustrada y me enfado con ellos y luego conmigo misma. !Qué esfuerzo el sobrellevar estas rachillas! Aunque estoy segura que de repente, tal vez mañana, me sorprenderán…como lo han hecho tantísimas veces.!Tengo tanto que trabajar conmigo misma!, trabajarme esa autoestima, ese saber confiar, ese saber esperar, ese deshacerme de viejos patrones, el que no me importe tanto la opinión de los demás, ni la presión que ejerce la sociedad, la familia, los amigos.
Yo si que tengo que aprender y hacer deberes…y doy gracias porque a pesar de mi ignorancia ellos que son sabios me han elegido como madre.
Paloma, cuanto te entiendo. El problema es nuestro, no de ellos.
Yo le doy las gracias a mi hijo que el lo tenga taaaan claro que no se deja manipular y consigue hacer lo que deseaba y no lo que yo creía que el debería desear hacer. Es dificil, pero ellos son sabios, porque no han pasado por la apisonadora.
besos
Bueno, tus hijos aún son pequeños como para tener que seguir una rutina, digamos escolar. Están en la edad de jugar, borriquear y pasarlo bien, y más cuando son tantos (¿cuatro ya?). Cuanto más lo pienso, más antinatural encuentro las rutinas del colegio en niños pequeños.
Una vez que van creciendo, ellos mismos irán encontrando la suya, o se les puede encaminar, imagino, a tener momentos de trabajo y otros de juego.
Personalmente ya he desistido de hacer cosas con Joel en un mismo horario. Antes pensaba que un ratito por la mañana sería suficiente, pero sólo tiene 3 años y no se concentra más de 1 minuto en lo mismo.
Los adultos somos iguales. Hay temporadas de trabajo y otras en que no quieres abrir ni un libro y todo es distraer la mente con novelitas intrascendentes o prensa rosa o series de televisión superficiales (bueno, salvo House, que esa la veo siempre y me divierte mucho).
Lo que tienen el trabajo o el colegio es que su rutina obliga a hacer todos los días lo mismo, o algo parecido, y es fácil dejarse llevar por esos engranajes, porque tú sólo te dejas arrastrar por algo ya preestablecido.
Tranqui, Paloma, que yo creo que a todos nos pasa lo mismo. Confía, es un péndulo: una temporada de estudio y otra de hacer el vago. El yin y el yan. Para compensar el universo. Piensa que estáis contribuyendo a alguna ley de la termodinámica o así.
1beso.
C’est la vi.
Gracias por tocar este punto Paloma. Necesitamos, como padres educadores, hablar de estos asuntos que aunque no forman parte de la Educación de los hijos per se, sí forman parte de la vida.
En casa estamos teniendo un entrenamiento bien arduo, jejeje, con eso de ser padres. Es difícil dejar de creerse el todo-lo-sé y concretarse en servir a las necesidades del niño y las de nadie más.(incluyendo esa vocesita que dice mira mira, esa actividad es tan linda y educativa)
Concuerdo con María en que los peques menores de 7 tienen como principal trabajo escolar el vivir, enterarse naturalmente de lo que ocurre a su alrededor, sorprenderse con las cosas que la vida misma va trayendo a sus ojos, y formar lazos de amistad y amor con la familia. Mucho más con un nuevo BB en casa.
Pero lo sé, es más sencillo decirlo que hacerlo amiga.
Ay Paloma! :_)
Me hizo lagrimear tanta sinceidad, tantas ganas de crecer, tanta identificaión, tanto que te conoces y yo se lo que eso cuesta: conocerse y liberarse.
Con un afuera tan competitivo, tan consumista, tan materialista, y tan y tan lleno de cosas que una intenta “cambiar” (no encuentro otra palabra ahora) es difícil no caer en limites de tiempo y espacio… Yo muchas veces me pregunto: esto que les estoy dando les será de provecho? o será que mejor es “hacerlos” como los de “afuera” para que ellos (mis hijos) no sufran por ser diferentes? Y cosas por el estilo me pasan alguna vez por la cabeza… Por ahora me pasa cada vez menos, pero claro, Eli está mas grande (6ymedio) y al gustarme lo que veo no tengo dudas en por ejemplo con Ezequiel acudir cuando llora, NO enseñarle los colores (se q los aprenderá solito) o ahora estamos con los pañales, que los deja que no los deja y la verdad los dejará cuando los deje, voy dejando que él me guie como hice con Eliana… Pero claro, creo que te entiendo, me pasa con Eli que comparo y pienso: deberia ir a natación, danza, ingles, etc. etc. como hacen los demas chicos de su edad, será que si le niego esto y dejo que este en casa jugando y jugando le haré mal?!?!?! Y después caigo en que Eliana me acompaña a todos lados y sabe manejarse por las calles muy bien, saca el boleto en el colectivo, se expresa bien, hace silencio en determinados lugares, ayuda a las abuelitas a cruzar la calle, cuida de su hermano, elige que compramos, compara precios, habla con la gente de manera respetuosa y simpatica, y un monton de cosas más que para mi son importantes porq hacen a su autonomia cuando sea adulta dentro de otras cosas positivas que le veo a esto de estar a su lado para acompañarla mientras crece… cosas que no las aprendió en la escuela y que si le faltan, por mas que tenga un doctorado en bioquimica le va a costar mas descubrir de grande si es que las descubre, yo creo.
Me fui por las ramas, por ahí queria decir que lo que tiene verdadero valor no se mide, no se cuantifica, no se ve, no se toca, entre otros tantos nos, debe ser por eso que nos cuesta seguirle el ritmo y permitirnos no dirigir el cuando, el como, el donde, etc… nos pasa a todos como decis vos.
Ya empezaste a ver aquello que te costaba ver, yo creo que no hay vuelta atrás, esto que decis al final es un aprendizaje muy importante, no sos tan ignorante como pensas y es por eso que ellos te eligieron, quizás al elegir vieron ESO que vos estas decubriendo y que brilla dentro tuyo 🙂
Un beso!
(el post anterior sobre la escuela lo voy leyendo de a pedacitos, porque me quedo pensando en algo segun lo que leo, pero: está muy bueno, muy bueno!)
Considero que tus hijos son afortunados. Entre muchas otras cosas les estás dejando “ser niños”. Ánimo en éste dificil pero maravilloso camino que has tomado. Después del gris, seguro llegarán días de colores brillantes.
Un beso.
!Qué necesarios estos vínculos que establecemos aunque sea de manera virtual! !Se siente tanto apoyo, comprensión, fuerzas para seguir!
Muchas gracias a todos, os leo y releo. Besos.