Nunca he dormido siesta, jamás, y mis hijos en cuanto tienen uso de razón tampoco. Normalmente estoy activa todo el día, pero ayer no había dormido bien y estaba en plan agotada, tirada en el sofá, sin ganas de hacer nada y con mi hijo pequeño que no paraba de hablar.
Total, que de repente encontré la tabla periódica interactiva de Google y flipé por la cantidad de posibilidades que ofrece y se abrieron ante mis ojos. Empezamos a jugar mi hijo y yo, tienes toda la información de cada elemento y también se puede ver un modelo gráfico en 3D que se puede girar 360 grados y que permite observarlo desde todos los ángulos. Hicimos algunas fotos.
Cogí un libro que tengo de la tabla periódica que hemos utilizado mucho y que está genial.
Llegamos al oro y mi hijo empezó a hablar de lo bueno que sería tener mucho oro, y entonces al modo socrático le empecé a hacer preguntas ya que decía que le gustaría tener mucho oro… y poder convertir todo en oro con solo tocarlo y ahí es donde yo quería llegar… Lo del oro es otro clásico ¿no? ja,ja,ja…
Fui a por este libro que también hemos leído muchas veces, y releímos el mito del rey Midas y ¡oh! sorpresa mi hijo se convenció de que no era tan bueno tener la capacidad de convertir todo en oro.
O sea una siesta con poca enseñanza y mucho aprendizaje.
He dado por terminado los trabajos de pintura en el salón y ya me estoy dedicando a planificar el nuevo curso. He decidido compartirlo en el próximo Diario de una madre. Si aún no has leído el primero aprovecha antes de que salga el siguiente. También me encantará conocer tu opinión. Nos leemos y feliz verano…
